La situación es preocupante en serio. El equipo navega en un mar de dudas y la interna política no hace más que aportar confusión y caos a un club que sin dudas va en vías de acomodarse de una vez por todas, pero que no termina de engranar en lo futbolístico.
Y ahí está Ricardo Enrique Bochini, el más grande de la historia “roja” por lejos, aprovechando las horas bajas y diciendo que si gana Noray Nakis, el año que viene borrará a Miguel Angel Santoro para traer a Américo Gallego. “Sé que está cerca de River, pero si se dan las condiciones, es el hombre ideal para sacar a flote a este plantel”, dijo ‘Bocha’. ¿Hacían falta estas palabras en estos momentos?
Y ahí anda ‘Pepé’, que ya no sabe para dónde disparar, que por primera vez desde que es DT del “Rojo” no compareció ante la prensa tras la derrota ante Banfield, diciendo que hay que trabajar mucho, que hay que incorporar buenos jugadores, que hay que programar, que hay que levantar la parte anímica y demás. También haría falta atacar un poco ¿no?
Y asoma por el horizonte Fabián Assmann, sin dudas el mejor jugador de Independiente en el campeonato, quien tras una nueva derrota dejó unas picantes declaraciones que invitan a la reflexión. “Nosotros estamos para otra cosa. Tampoco nos servía el empate, pero… Hay que cambiar esto urgente. Estamos en un grande y no llegamos ni al arco rival. Eso no nos puede pasar siendo locales. Así no se puede”, enfatizó el arquero en declaraciones aparecidas este domingo en Olé. ¿Qué quiso decir Assmann? ¿A quién apuntó?
Y ahí obviamente se encuentra Julio Comparada, quien está poniendo de pie al club pero que, tal como él mismo lo reconoce, aún no pudo dar en la tecla con lo futbolístico. Y a pocos días para las elecciones, se juega una parada brava con la planificación para la próxima temporada. ¿Qué hará con Pepé? Hasta ahora, lo ratificó enfáticamente una y otra vez. Pero ¿que ocurrirá si la cosa no mejora en los próximos dos partidos?
Y los hinchas, los que siempre están, los que nunca pasan, andan de golpe en golpe. La pre-inauguración del imponente Libertadores de América fue un bálsamo en medio de una situación que no da más que para llorar, para asustarse, para pensar ¿cómo salimos de ésta?
