Luego de cinco fechas al hilo sin sumar de a tres, Independiente dio vuelta el marcador ante Central, en Rosario, y ganó 2-1, con goles de Damián Ledesma y Leonel Ríos, éste a minutos del final. Milton Caraglio, a los diez del primer tiempo, había abierto la cuenta para el local, en un encuentro correspondiente a la 16° fecha del Torneo Apertura.
Se ganó. Y punto. Aunque no es poco decir para este Independiente. En un partido que de arranque nomás se plantó desfavorable para los de Miguel Angel Santoro, se sumaron tres puntos que traen un poco de calma de cara a lo que resta del Apertura y que le da margen a Pepé para trabajar más tranquilo pensando más allá de diciembre, pero no hay que dejar de lado que el nivel del equipo fue pobre.
El primer tiempo fue flojísimo para Independiente. A los 10, ya perdía por el gol de Caraglio y el panorama pintaba oscuro, sobre todo teniendo en cuenta que Central dominaba a placer y que la última línea del “Rojo” estaba (otra vez) en una mala tarde.
Así, los de Gustavo Alfaro pudieron irse, al menos, 3-0 al descanso, pero la gran tarea de Fabián Assmann y la impericia de sus propios hombres a la hora de definir no le permitieron estirar la ventaja. Por el contrario, cuando la etapa inicial se moría, Damián Ledesma estampó la igualdad de cabeza tras una mala salida de Broun.
En la segunda mitad, Central siguió llevando adelante el papel de protagonista mientras que el “Rojo” mantenía su anemia ofensiva: sólo llevaba peligro al arco de Central por medio de remates lejanos de Daniel Montenegro, quien se mostró muy activo los 90 minutos.
Sin embargo, Central comenzó a bajar la intensidad en su juego y promediando los 30 minutos del complemento Independiente empezó a mostrar un atisbo de intención ofensiva, situación que se acrecentó aún más cuando Kily González se lesionó y dejó a Central con uno menos, ya que Alfaro había hecho los tres cambios.
Y cuando quedaban dos minutos de los cinco que el árbitro había adicionado, Leonel Ríos, quien no había tenido una buena tarde, sacó un furibundo remate que “rompió” el arco de Broun y volcó la historia 2-1 a favor de Independiente, para cortar de una vez por todas con la malaria.
Obviamente que todas la victorias siempre son bien recibidas, pero no por eso hay que dejar de analizar y remarcar la pobre tarea defensiva, el timorato planteo y la anemia ofensiva que sufre este equipo. Pero desde las victorias se comienza a construir un futuro mejor. Ojalá ésta les permita a los jugadores comenzar a cambiar este presente torcido…
