Seguramente, si se realizara un estudio de mercado, el dorsal más estampado en cualquier camiseta de fútbol (exceptuando la del arquero) es el número 10. Más aún si tenemos en cuenta los países sudamericanos como Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, entre otros.
Los jugadores emblemáticos, los que más instantes deslumbrantes ofrecen y los que suelen quedar en la historia por sus habilidades o capacidades de ponerse el equipo al hombro son ellos, los dueños de la camiseta nº10.
Por eso, contextualizando con el presente de Independiente, la pregunta es: ¿Qué será de la vida de la 10? Recordemos que en nuestro querido club siempre fue utilizada por jugadores sobresalientes a lo largo de toda la historia. Bochini fue el que la condecoró con fidelidad, amor, presencias, copas, goles, pases y el que la enalteció a la cúspide de gloriosa. Un sueño para cualquier pibe.
Tras él aparecieron jugadores que supieron llevarla con gran calidad, cada uno con su estilo propio: Burruchaga (toda una figura) Garnero (crack y campeón), Insúa (también dio la vuelta), Montenegro (con la 10 en su espalda no logró un título pero la defendió siempre con potencia ofensiva, calidad y lujos) y obviamente el Kun, Sergio Agüero (jugó poco, mas le devolvió belleza y admiración). Claro, también hubo otros que aplacaron su brillo y fueron contra la ley de la naturaleza futbolística: tal es el caso del chileno Rozental y otros más que por no causar más dolor se evitarán los nombres.
Hoy, la 10 del Rojo busca dueño. Ojo, no está a la venta, porque usarla no tiene precio. Para el Tolo, el reemplazante está en el plantel y ya le apuntó todos sus dardos a un pequeño jugador que deberá recibirse de futbolista si es que quiere demostrar que su calidad no es para el baby fútbol. Ojalá que el Patito lo logre y, quizás, sea el golpe de maduración que le falta. La responsabilidad.
De todos modos, este equipo sin el Rolfi necesitará SI O SI un conductor y no sólo para que use la 10 en el terreno de juego, sino para que guíe a este plantel a una mentalidad ganadora y acorde con la estirpe histórica de Independiente. Para eso se requiere compromiso desde todos los sectores del club. Un plan en serio. Una idea. Un camino a seguir. Esto no se soporta más y encima ahora ni al Rolfi vamos a poder ir a ver. ¿Qué será de la 10? ¿Qué será, una vez más, de Independiente?
