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¿Usted es el culpable?

Independiente volvió a perder, exhibiendo un bajo nivel de juego, y las miradas nuevamente recaen sobre el entrenador Claudio Borghi. Pero, ¿es el DT el exclusivo protagonista del mal momento del equipo? ¿Su renuncia solucionaría las cosas?

Es indudable que Independiente juega mal y que aún, disputadas ya ocho fechas del Torneo Apertura, no se halló el equipo ni un estilo de juego definido. Se vieron apenas escasos minutos de buen fútbol en pasajes de partidos y no mucho más. Muy poco para un club con las pretensiones que tiene el “Rojo”.

Pero tanto en el éxito como en la derrota, la responsabilidad es atribuible en igual medida a los jugadores como al cuerpo técnico y, en menor dimensión, a los dirigentes. Si el equipo no funciona, el conjunto no camina, no sólo el DT tiene la culpa, ni Montenegro ni Núñez ni Comparada exclusivamente, sino todos. Entonces, ¿tiene sentido cambiar al DT y tirar todo el proyecto por la borda por apenas un puñado de encuentros?

Ojo, es cierto que los objetivos no se están cumpliendo. Out de la Sudamericana, lejos en el Apertura y a una inmensidad de distancia de la Copa Libertadores, resulta complicado parar la pelota y hacer un análisis mirando a futuro, pero es necesario. Más que necesario, es fundamental para no seguirle los pasos a otras instituciones que hastiaron a sus hinchas con desprolijidades y así están.

Pocos entrenadores tuvieron el consenso en la gente que tuvo Claudio Borghi, ¿tanto cambiaron los resultados? Independiente no va a hacer otro gasto en un técnico de renombre. ¿Por qué no dejamos terminar un contrato?

No alimentemos al diario deportivo boicoteando al entrenador. Independiente hoy tiene la oportunidad histórica de respaldar un proyecto diferente. Tuvimos a Falcioni, a Burru y a Troglio, tres entrenadores totalmente distintos al actual. Ellos tuvieron su tiempo, es justo que también lo tenga Borghi, que errores cometió, eso nadie podrá discutirlo. Con sólo recordar los volantes por derecha que eligió como reemplazo de Fredes (Herrón y Matheu) uno puede ver que se equivocó. Pero también los dirigentes, trayendo opciones B o C y algunos jugadores, los cuales parecen entrar desganados a defender la camiseta.

Terminar el proyecto Borghi sería un error. Sería empezar otra vez de cero, con un entrenador nuevo, que, hasta fin de campeonato va a contar con la excusa de: “este no es mí equipo” o “no hicieron una pretemporada como las que me gustan a mí”. En definitiva, sería, nuevamente, dar un gran paso atrás que Independiente, en estos años importantes donde la institución crece día a día, no debe seguir dando.

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