Independiente comenzó a perder el partido ante San Lorenzo antes del minuto de juego. Un baldazo de agua fría que condicionó el desarrollo del encuentro.
A los 31 segundos de que el árbitro Jorge Baliño marcó el inicio del encuentro, el Ciclón llegó al gol tan veloz como inesperadamente. En una jugada rápida, con muchos toques y desmarques en el centro del campo, Hernán Pellerano salió al cruce de Lautaro Montoya y la zaga central quedó desguarnecida. Por allí entró la asistencia para que Gonzalo Bergessio eluda a Martín Campaña y defina ante la salida del arquero.
Poco más hizo el Cuervo en ataque, ya que se dedicó más a esperar con el resultado puesto que a buscar aumentar el marcador. Independiente salió con todas sus armas pero conociéndose en inferioridad estadística y no pudo levantarse más allá de merecerlo. No fue un golpe de knock out, pero fue tan duro que se sintió en todo el Libertadores de América.