Independiente, con un equipo muleto, igualó 1-1 en su visita a Quilmes. García marcó para el Cervecero y Emiliano Rigoni, que ingresó en el complemento, empató el partido. Queda la sensación de que el Rojo perdió dos unidades.
Hubo poco para resaltar del primer tiempo que jugaron Quilmes e Independiente. De arranque nomás, el Cervecero salió con la misión de molestar al Rojo en su salida, para eso ejerció mucha presión sobre la defensa y los volantes.
Claro está que no lo pudo sostener durante toda la primera etapa y eso provocó que al bajar la intensidad, Independiente comenzara a encontrar los caminos para hacer lo que le intenta pregonar Gabriel Milito desde el banco. Esto es, tocar, crecer en bloque y atacar con varias opciones para descargar.
Y si bien el Rojo lo hizo aceptablemente careció de ideas para lastimar a su rival. El local, en este panorama, se metió atrás, regaló terreno y apostó a una contra que nunca prosperó con precisión.
En definitiva fue poco lo que hizo en ataque el Independiente muleto que presentó Milito en el primer tiempo. Tuvo un par de remates Ezequiel Barco, otros tantos de Benítez y algún centro que pareció peligroso y no terminó en nada, fueron apenas las jugadas de riesgo que acumuló. Sí, hay que señalar que por posesión, tenencia y protagonismo, el Rojo fue un poco más que el Cervecero.
El arranque del complemento fue similar al cierre de la primera etapa. Aunque, en una pelota parada, a los 11 minutos Quilmes abrió el marcador. García recibió dentro del área, en un tiro de esquina, se dio vuelta y sacó un derechazo que rebotó en Martínez y se metió en el arco de Rehak.
Con el resultado en contra, Milito mandó a la cancha a Diego Vera y a Emiliano Rigoni. Ahí Independiente ganó profundidad y cambió de ritmo en los últimos metros. Así llegó un buen pase de Barco para Benítez, pero el derechazo de Misio dio en el poste. Más tarde, fue Viruta el que tuvo la chance, pero Martínez lo molestó y se dilapidó la oportunidad.
Recién a los 35 minutos, el Rojo logró el empate. Tagliafico subió por enésima vez, y en lugar de tirar un centro, descargó para Rigoni que de zurda mandó la pelota a la red, para la igualdad.
Luego fue todo nervio. Tuvo la posibilidad de quedarse con el triunfo, pero no logró tener precisión dentro del área para definirlo. En una salida errónea, casi lo pierde también. La sensación final, es que el equipo dejó pasar dos puntos, aunque como se dio hay que resaltar que salvó el invicto y sacó un punto que lo mantiene arriba y le permite llegar al miércoles con varios jugadores descansados y mentalizados en el objetivo primordial del semestre.
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