Si las deudas con los demás clubes eran poco, los Moyano también tienen problemas con los jugadores. ¿Hasta cuándo?
Pasan los días y pareciera que la crisis en Independiente no tiene fin. El club les debe dinero a América, Defensor Sporting y a Torino, entre otros, algo que ya le genera un problema difícil de solucionar en el corto plazo. Como si fuera poco, la dirigencia tampoco es capaz de cumplirle al plantel, y en algunos casos otros clubes intentan aprovecharse.
Todo empezó con el caso de Fabricio Bustos. La Comisión Directiva había acordado una mejora contractual con el futbolista para renovarle hasta 2022, motivo por el cual el Tractor todavía seguía en el Rojo. Sin embargo, quienes manejan los destinos de la institución nunca le cumplieron con la mejora pactada, motivo por el cual el jugador consideró la chance de emigrar.
En este punto entró Boca, quien ya se lo había querido llevar en 2020. El Xeneize intentó moverse rápido para contar con un viejo anhelo de Juan Román Riquelme, pero la dirigencia del Rey de Copas prometió cumplirle a Bustos y, finalmente, el lateral se quedó. Los de la Ribera, otra vez, se quedaron con las ganas.
Si parecía que se había terminado, no fue así. Poco tiempo después surgió el mismo problema con Alan Franco. El zaguero central había renovado con el Diablo cuando estuvo a punto de irse a Dinamo Zagreb. Para lograrlo, claro está, la Comisión Directiva tuvo que firmarle una mejora en el contrato, la cual no le venía cumpliendo, y el defensor amagó con enviar una carta documento. Al parecer, los dirigentes lograron solucionarlo, y Franco seguirá en el más grande.
Finalmente, el caso de Sebastián Sosa. El uruguayo había arreglado su contrato a fines de 2020 con algunos miembros de la Comisión Directiva, pero faltaba la firma del siempre ausente Hugo Moyano. De esta manera, entonces, el arquero tiene un vínculo con el club el cual, desde el otro lado, no se está respetando. Por el momento no corre peligro su continuidad en Independiente, pero es solo cuestión de tiempo para que eso suceda.
Citados estos casos, entonces, vale preguntarse: ¿Serán los únicos? ¿Y si hay más? ¿Qué sucede que la dirigencia firma contratos que no puede cumplir? Mientras el presidente del Rojo sigue sin aparecer y los destinos los maneja Héctor Maldonado, el club suma cada vez más problemas, y la crisis parece no terminar. ¿Habrá algún otro futbolista cuyo vínculo no se esté respetando? Esperemos que no, aunque inquieta y desespera la incertidumbre de la situación que atraviesa el Rey de Copas.
