Independiente derrotó 1-0 a Huracán con un gol de Alexis Canelo y Avellaneda volvió a ser una fiesta.
Fue una gran noche en Avellaneda. Independiente se jugaba un duelo clave con Huracán, por la Copa de la Liga y porque necesitaba volver a sonreír luego de la eliminación por la Copa Argentina. El hincha lo sabía, y se autoconvocó en grandes masas pese al día y horario.
De arranque, los de Parque Patricios mostraron sus armas. Con la pelota al piso, los dirigidos por Diego Martínez apostaron a la posesión, y no dejaban que el Rojo la tenga. Sin embargo, pecaban de posesivos, algo que el local no hizo.
Independiente no tenía tanto la pelota, pero lastimaba. A tres toques, intentaba llegar al área rival, y por momentos lo conseguía. Primero avisó por medio de Federico Mancuello, luego la tuvo Mauricio Isla, pero sin suerte ambas. Sin embargo, más tarde, Federico Mancuello remató y Lucas Chaves dio rebote. Ahí estuvo Alexis Canelo, que aprovechó e hizo estallar el estadio con el 1-0.
El Rojo siguió intentando, cada vez con más intensidad. El equipo sintió el empuje de la gente, y en el complemento comenzó a dominar el partido. Por la banda derecha, con Mauricio Isla, encontraba el camino, aunque no llegaba a concretar. Para colmo, Facundo Tello iba a convertirse en protagonista.
Ya había tenido varias manos sin cobrar a favor del más grande, y obvió una clara expulsión. Sin pelota, Ignacio Pussetto le propinó un duro codazo a Felipe Aguilar que lo dejó en el piso. El colegiado, a instancias del VAR manejado por Hernán Mastrángelo, no cobró nada. Y lo benefician a Independiente, eh.
Con el partido picado, cada jugada era motivo de reclamo. Los roces duros se hicieron más frecuentes, y el partido dejó de jugarse para protestarse. Así hasta que Fernando Tobio golpeó fuertemente a Canelo y Tello dijo basta: Le sacó la roja directa y dejó a Huracán con diez hombres.
El duelo se siguió picando. El Globo empezó a pegar de más, y el árbitro les siguió mostrando la amarilla. Independiente, con más actitud que juego, aguantó el resultado en lo que quedó del partido, hasta que el colegiado pitó el final.
Una vez que Tello finalizó el partido, Independiente se quedó con tres puntos clave. Supo jugar, supo sufrir, pero sobre todo, supo ganar una final. Los jugadores, exaltados por la felicidad, festejaron como locos junto con los hinchas, que volvieron a desahogarse. Ahora se viene Rosario Central en el Gigante de Arroyito. ¡A seguir así!
