Sí, porque la cosa viene mal y parece que la lucha va a ser más cruel que mucha. A vos te quiero felicitar porque no te achicás y se nota que le vas a poner garra, huevo y corazón. Porque pese a todo te calzás la camiseta del más grande, nuestro querido Club Atlético Independiente, y demostrás que lo llevás bien adentro.
A vos te quiero felicitar inclusive cuando te enojaste con Ferreyra y Vidal que definieron muy mal y se comieron la posibilidad de abrir el marcador. ¿Por qué? Es que aún evitando la amenazante racinguización del hincha, que te lleva a enamorarte de la gente y perder el rumbo del club, pegaste ese grito de aliento para que los jugadores sientan el apoyo y no la presión. Además, te ofreciste a tus ídolos con una ovación que los recompensa y les da la adrenalina justa para dejar el alma por los colores.
A vos te quiero felicitar también por la fiesta. Inundaste Avellaneda de rojo, ese color que nos une y nos hace sentir vivos. Te plantaste en la tribuna y le explicaste a tú hijo la razón de este gran amor… y sólo necesitaste un ademán, como envolviendo todo lo inexplicable en un simple abrir y cerrar de ojos.
Sí, a vos Hincha de Independiente que te bancás una realidad nefasta que sólo la entendemos nosotros, porque nadie es tan grande y tiene tanta historia para preservar como los Diablos Rojos de Avellaneda. Sí, a vos te quiero felicitar ya que entendiste el mensaje de apoyo y lo llevaste a la perfección, alentando incluso a los jugadores un día antes de salir para la cancha con el banderazo y un poco después, a la salida del vestuario.
Porque además te pusiste contento con la llegada de Caicedo al que le vas a depositar confianza y lo vas a apoyar, aún cuando te habían hablado de Forlán, de Dorlan Pabon, del Burrito Martínez y alguno más. ¿Y sabés por qué? Es que a vos no te importa que una pierna sea más grande que la otra, ni el apellido o el nombre, sino que haga goles y te dé felicidad dentro del campo de juego.
Y, siguiendo con los agradecimientos tengo que hacer algunas menciones más. A vos Rolfi, por haber venido, ponerle garra, autoridad, fútbol, verticalidad, cambio de ritmo y ese amor propio que no queda y que no se enseña en Inferiores. Por usar la Diez y hacerle honores a cada rato. Por ser el capitán en estos momentos de posible hundimiento y no abandonar la nave.
En la misma línea, a vos Tolo por bancarte el manoseo de otros tiempos, por querer al club y dar siempre ese mensaje de optimismo más que necesario en este tramo. Memorable. Trascendental.
Y, por último o quizás primero. A vos Viejo por inculcarme esta pasión, que hoy me tiene mal, pero quedáte tranquilo que es un virus que está afectando a muchos, a todos los hinchas del Rojo y al que le estamos encontrando el remedio… aunque el sentimiento es incurable y gracias a Dios, eterno.
