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Amor y respeto

silvera

El Cuqui volvió a demostrar una vez más la calidad, la importancia y lo vigente  que sigue estando. Marcó tres tantos, fue pívot y nueve de área, se asoció  al fútbol que propuso el equipo y silenció muchas críticas. Sí, paciencia y confianza, que Silvera siempre está y tiene el gol en su garganta.

Arrancó el torneo y todos, hasta el Tolo Gallego, querían la llegada de un nueve goleador.
Quizás uno de esos tanques que por potencia y presencia en el área suelen estar para convertir rebotes en gol y cabezazos en jugadas de riesgo. Sin embargo, el mercado no estuvo fácil y uno a uno se fueron cayendo todos los candidatos a ocupar dicha posición.

Así las cosas, y con un Silvera que sólo jugó un partido amistoso de verano en el que se lo vio falto de ritmo, la preocupación se hizo dueña de la escena y las críticas comenzaron a llegar. Es más, hubo algunos que hasta pretendieron jugar sin él. Claro, es fácil defender en este momento, pero en este caso no se trata de una posición ofensiva como espaldarazo al Cuqui, sino, simplemente el pedido de reflexión y de paciencia.

Todos queremos ganar. Todos queremos gritar goles. Para eso tenemos al Cuqui y a Gandín (quien tampoco ha podido demostrar en este torneo aún), dos delanteros diferentes pero con gran técnica. El primero con más responsabilidad de gol que el segundo. El Chipi con más función de nexo… en fin ambos, cumpliendo misiones similares con la idea fija de anotarse en el marcador.

De a poco la idea del Tolo se plasma en el campo de juego y tanto Silvera como Gandín tienen las características necesarias en un delantero para acoplarse a equipos que tienen como premisa fundamental el buen trato de la pelota y el pase como acción principal para abrir defensas. El tercer gol del Cuqui ante Atlético Tucumán es un claro ejemplo de esto. Sociedades por doquier, pared entre el Patito y el Chipi, cabezazo fulminante y la explosión en el Libertadores de América con ovación inclusive.

En definitiva, gente, a tener paciencia. Nadie va a venir a descubrir lo conocido por todos, nadie a venir a explicar la calidad e intentar descifrar el nivel de justeza en la definición que Dios le regaló a Silvera. Es un crack.

Es necesario aclarar una vez más la importancia del Cuqui en este plantel y, sobre todo, dentro de la cancha y sino vale resaltar las palabras del Tolo al final del partido, en conferencia: “Me encanta verlo al Cuqui así. Lo estábamos cargando con que no la embocaba y hoy hizo tres. ¡Ah!, lo quise sacar y me dijo estoy bien sigo hasta el final”. Hay Silvera para rato y si su rendimiento se mantiene, habrá ilusión para rato.

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