Independiente derrotó 2-0 a Belgrano de Córdoba en la cancha de Banfield y alcanzó los octavos de final de la Copa Argentina. Los goles los marcó Francisco Pizzini que con una gran actuación fue la figura del partido. En defensa mostró dudas, pero tuvo mucha dinámica en ataque y los volantes un gran recorrido. El próximo rival será Estudiantes.
Fue una gran victoria. Muy importante. Trascendental. Sirvió para despejar dudas, para esclarecer interrogantes, para plantear muchos a puntos mejorar y otros, para sacarle rédito. Y, sobre todo, para demostrarle a los pibes del club y al plantel en general que se puede jugar y disfrutar del fútbol dentro de una cancha.
Lo que pasa es que Independiente arrancó jugando con pelota al ras del piso. Diego Rodríguez lo tenía como premisa exacta. Nada de dividir. Los defensores debían desmarcarse y ser los primeros en cuidar la pelota atacando verticalmente sin levantarla del césped.
Esto fue proclive al rendimiento de Matías Pisano, de Francisco Pizzini, de Federico Mancuello y de Franco Bellocq. Los cuatro se hicieron los dueños de la pelota y el campo. Por izquierda el Rojo hizo desastre en la primera media hora de juego. Pizzini encaró y siempre ganó. Tiró un caño precioso. Engañó y hasta probó al arco haciendo revolcar a Olave.
Fue tal la confianza del pibe, que a la salida de un tiro de esquina tomó de sobre pique la pelota desde afuera del área y la clavó junto a un palo para el delirio de todos. Independiente abría el marcador, se ponía 1-0 y era justicia. El arquero de Belgrano había tenido un par de apariciones importantes. El Rojo atacaba con determinación, variantes, ideas y profundidad. El gol era una decantación del juego, claramente.
Iban 24 minutos e Independiente ganaba bien. Los instantes siguientes tuvieron a un Pirata más metido en el encuentro pero intentando llegar a la igualdad de pelota parada. Tuvo un par de chances clarísimas, pero falló en la definición. Al Rojo le costó marcar en la pelota parada y realmente sufrió. Tuvo suerte ante la falta de contundencia cordobesa.
Así se fue el primer tiempo. Y si bien el complemento pareció que sería dominado por Belgrano en busca del empate no fue así. El Picante Pereyra malogró una chance neta debajo del arco del Ruso a los 2 minutos y tan sólo 60 segundos más tarde fue Pizzini quien se encargó de no dilapidar la suya. Gran jugada de Pisano que atrajo tres marcas y habilitó al pibe para que definiera lejos de Olave y con la ayuda de un rebote para el 2-0.
Belgrano sintió el golpe y tardó en reaccionar. El Rojo, por el desgaste de la etapa inicial en la que presionó en todo el campo de juego y demostró mucha dinámica, cedió un poco la pelota y por momentos pasó sofocones en la última línea, aunque no fue vulnerado. El Ruso tuvo una actuación acorde, ya que cada vez que el Pirata lo buscó, él respondió tal como demanda su nivel actual.
Figal fue uno de los pilares de la defensa y Bellocq junto a Mancuello fueron el motor del mediocampo. En ataque el Rojo contó con alguna contra para liquidarlo, pero falló en los últimos metros. La más clara fue una de Sebastián Penco que definió débil al segundo palo. Justamente la tarea del 9 fue clave en el desmarque y la utilización de los espacios para la llegada de los volantes de creación.
Independiente logró así el pase a octavos de final en donde lo espera Estudiantes de La Plata. Aunque, sin lugar a dudas, lo más importante es haber vuelto con un triunfo y una idea clara a desarrollar dentro del campo de juego. Ojalá que esto se mantenga y el Rojo logre un rendimiento uniforme y acorde con las expectativas de siempre.
