Independiente completó una llave muy floja ante Argentinos Juniors. La falta de intensidad en los dos partidos fue determinante para que el conjunto de Ariel Holan se quedara con las manos vacías.
En los 180 minutos el Bicho demostró ser superior e inteligente ante un Independiente que fue a disputar la llave sin una idea clara de juego. En el encuentro de ida, el Rojo selló un muy mal partido, salió a la cancha y no supo aprovechar la jerarquía de sus futbolistas ni mucho menos generar situaciones claras de gol, ante un Argentinos que sí las tuvo. No obstante, la actuación de Martín Campaña fue vital para evitar que el resultado hubiese sido más amplio.
En una cancha con espacios reducidos, el equipo de Holan nunca pudo encontrarse con su mayor virtud: la intensidad. Nicolás Figal y Juan Sánchez Miño no lograron destacarse al momento de aportar ofensivamente, Pablo Hernández no logró su mejor versión para asociarse y generar juego colectivo junto a Pablo Pérez, Cecilio Dominguez y Martín Benítez no pudieron ser punzantes al momento de desbordar, mientras que Silvio Romero tuvo dos situaciones claras de gol, que las terminó derrochando.
El 3-2 generó un clima de esperanza para revertir la serie en el Libertadores de América, teniendo en cuenta que Independiente se hace muy fuerte y logra revertir resultados adversos a través de juego y actitud. Sin embargo, el panorama fue diferente al que todos los hinchas del Rey de Copas esperaban, ya que el partido resultó ser un reflejo de la derrota en La Paternal.
En el primer tiempo, Independiente no pudo adueñarse de la pelota y fue completamente neutralizado por la visita, que planteó un sistema defensivo y de tenencia del balón. A raíz de la falta de posesión, el Rojo no encontró intensidad ni juego asociado como para poder amenazar el arco de Lucas Chaves. Primera parte aburrida, casi sin llegadas por ambos lados y los hinchas comenzaron a impacientarse.
Ya en el complemento, con una pequeña muestra de actitud pero sin brillar desde lo colectivo, Independiente logró adelantarse en el marcador tras un gol de Pablo Pérez. A partir del 1-0 a favor del Rojo, el partido comenzó a ser de ida y vuelta. El equipo de Holan esperaba al rival e intentaba liquidar la serie desde el contragolpe, aprovechando la velocidad de Cecilio Dominguez. Desafortunadamente, el empate del Bicho llegó tras una distracción defensiva de Independiente que derivó en un tanto de Damián Batallini y puso cifras definitivas.
Tras el empate del conjunto de La Paternal, Ariel Holan mandó a la cancha al ecuatoriano Gaibor y a Benítez, para encontrar mayor vocación ofensiva. Lamentablemente, el equipo demostró una idéntica imagen a la del domingo anterior, una defensa bastante dubitativa, un mediocampo sin juego colectivo (a excepción de Pablo Pérez, que fue el único que intentó) y una delantera que no generó peligro alguno.
Desastroso. Independiente quedó eliminado en la primera ronda de la Copa Superliga contra el último de la tabla de posiciones del campeonato. Con un plantel repleto de jugadores de jerarquía, pero a los que les faltó actitud, compromiso e intensidad. La crónica de un final anticipado.
