Sebastián Palacios cayó en la mediocridad general y tendrá que levantar su nivel para no perder el puesto.
Llegó y tuvo una muy buena presentación ante Defensa y Justicia. Convirtió el gol de la victoria, pero además se desdobló para incomodar a la defensa local, siendo el único delantero de Independiente en Varela. El Tucu entró en el equipo para no salir más, con muchísimas ganas y comprendiendo la gran oportunidad que le dio Sebastián Beccacece.
Posteriormente, jugó bien contra Independiente del Valle en Avellaneda, muy activo, e hizo lo que pudo en Ecuador, en un sistema que le pedía otra vez mayor atención a la marca que al despliegue ofensivo. Su nivel se fue opacando partido a partido, siendo esclavo de los planteos en los que debe hacer toda la banda, sufriendo la falta de ideas, pero también como responsable de las acciones desperdiciadas de mitad de cancha hacia adelante.
Le costó desequilibrar en el mano, ser contundente, punzante para desbordar y asistir a sus compañeros. Tal es así que falló situaciones muy claras abajo del arco y no entregó ninguna asistencia hasta el momento. El Tucu tiene crédito, recién lleva siete partidos, pero debe levantar para devolverle la confianza a Beccacece que, por ahora, lo elije por encima de Cecilio Domínguez.