El flamante entrenador de la selección ecuatoriana recordó su ciclo en Independiente y reveló detalles inéditos de aquella época.

Ya pasaron casi cinco años de la salida de Sebastián Beccacece de Independiente, pero aún siguen quedando varias polémicas de aquel ciclo que apenas duró tres meses. En una entrevista mano a mano con Juan Pablo Veasky en Clank Media, el nuevo entrenador recordó su estadía en el Rey de Copas como un “paso muy fugaz”, que no llegó de manera imprevista. “Agarré la primera opción que era Independiente. Hice un análisis de los jugadores, pero no me empapé de otras cosas que son muy importantes: la institución, idiosincrasia, el momento, cómo venían y qué había pasado en el medio. Ese fue mi gran error“, reconoció él.

“Sentía que haga lo que haga, no iba a generar empatía. Me sentí en soledad, no había credibilidad. Me mentían todo el tiempo, tardaban 50 días en traerme un jugador”, apuntó de manera contundente, haciendo referencia a la gestión de Hugo y Pablo Moyano. “Me engañaban todo el tiempo. Daban vueltas y eso me generó un desgaste tremendo. Uno va perdiendo energía y lucidez”, agregó.

“Yo cuando llegué y me presenté, dije en conferencia de prensa con los jugadores que ya habíamos hablado: Alexis Mac Allister, Emmanuel Gigliotti y Nicolás González. Desde ahí ya percibí cómo venía todo y me anticipé para después no quedar pegado. Es inédito que un entrenador se presente y diga eso“, justificó después.

El conflicto con Pablo Pérez, otro punto que marcó su salida del Rojo:

“Yo que soy mucho del vínculo, de la relación, siento que cuando uno toma una decisión que puede quebrar al grupo, se termina rompiendo algo. Me pasó en Independiente cuando fue la situación con Pablo Pérez. Siempre tuve una relación bárbara con él. Todos estábamos de acuerdo en grupo, pero de repente nose porque se filtró una información falsa que no tenía nada que ver con el cuerpo técnico, sino algo más institucional“, comenzó narrando Beccacece.

“Nosotros habíamos hablado con Pablo que, producto de nada grave, el próximo partido no iba a ser tenido en cuenta. Se lo dijimos a él, lo informamos en una conferencia y hasta ahí todo bien. En el medio, hablamos con los otros jugadores y ellos pensaba que no había sido así, decían que nosotros lo filtramos. Entonces ahí le di la mano a uno por uno y les dije que si dudaban de mi palabra, yo ya no tenía que hacer ahí...“, continuó.

“Desde ese momento retomamos la confianza, pero estar todo el tiempo midiéndote la credibilidad en relación a lo que vos decis es muy desgastante. Yo si pierdo credibilidad, al otro día me tengo que ir. Soy mucho de sentir coherencia entre la decisión y la palabra. Sino no podría conducir. La credibilidad en vital y si lo pierdo, me tengo que ir”, sentenció sobre los conflictos de aquel momento.