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Campeones de la vida

festejo

Pucha, es mucha mística como para explicarla en dos o tres párrafos. Porque Independiente, en verdad, se cuenta en hechos y en hazañas. En historias surrealistas y en grupos inquebrantables. Desde ya, la mística es esa aura indestructible que rodea al Rey. Es esa nafta que reaviva las llamas de este infierno. Es esa utopía Roja que hace creer hasta a los ateos. Porque cuando hay que seducir copas, el que mejor chamuya es Independiente. Ante Goiás pintó oscura, es cierto. Pero este plantel sabía que La pelea ya estaba ganada. Cierta prensa, ahora, es esclava de su libertad. Y se rinde ante el trono rojo. ¿Quién se anima a minimizar a un Rey que supera al Real Madrid (15) y al Barca (14)?

Ahí están, todavía, Matheu y Tuzzio besuqueando a la Sudamericana. Jurándole amor eterno. Y anticipándole que, de ahora en más, habitará Av. Mitre 470. Pero, claro, ya le dicen que deberá acostumbrarse. Es este un poligámico Rey de Copas. Y…16 conquistas, ya le parece poco. Imposible será encerrar a este Rey que, una vez por semana, seguirá saliendo de copas. En 2011, jugará la Sudamericana, la Libertadores (repechaje el 26/1 y 2/2 vs. Deportivo Quito), la Recopa (después de junio, la final vs. Inter de Porto Alegre) y la Suruga Bank (en agosto la final vs. Jubilo Iwata, campeón de la Copa de Japón). El plantel, con su guía cerebral y espiritual, Mohamed, irá por más…

Estos tipos, que transformaron palos en ruedas, ya habían ganado la copa mucho antes. Cada uno por su lado, para llegar, volvió enanas a las titánicas adversidades. Sino, miren las historias de los primeros en primerearla, Allí en las manos, el cuerpo y el alma de Hilario Bernardo Navarro. San Hilario, perdón. En la niñez el correntino no fue niño: jugaba con sus 6 hermanos, pero antes repartía diarios, leña y carbón. A su lado, está Gabbarini –un egresado de la Universidad Santoro– que sufrió más de 3 años en la pensión de Domínico, alejado de sus Mendoza natal. Ahora, Hilario y Gabba, chocan sus manos y acarician la copa.

Tuzzio, Matheu, Galeano y Velázquez. Los 4 caudillos se aúnan y edifican una muralla. Y tocan el infierno con las manos. Tuzzio se ríe de sus 38 julios y se suma a los más pibes, que lo apodan “El Tío”. No olvida que, con apenas 18 años, debió ser “padre” de sus 4 hermanos, y se tomó su revancha. Porque de grande lo colgaron en River y fue traicionado—Caso Ameli—. Matheu ya se cree y nos hace creer lo de Lothar. Y con huevos, burló el trauma de una rodilla rota y una ilusión quebrada: quedarse sin Sudáfrica 2010. Galeano y Velázquez, son 2 pichones de Mariscal que vuelan alto. Esta incipiente Avispa (20), como le pasó a Milito, ya archivó la causa de una rotura ligamentaria (8 meses parado en 2008).

En el medio aparece el “champú turco”. Ese que lavó los cerebros de 2 talentos: Rodríguez y Fredes. El Pato se tira a la pileta, nada y encara. Pero ahora se lanza cuando hay agua, como debe ser. Ya gambeteó el trauma de cargar la 10 del Maestro. A su derredor, Fredes, con lucidez y actitud, aceita el juego. Los 6 meses en Ucrania, despabilaron todos sus sueños. Nico Martínez tiene el Diablo en el cuerpo… Y en la cabeza. “Yo también sufrí, eh”, avisa el pibito que colgó Vélez, tras prestarlo a Almirante Brown. Cabrera y Battión llegaron, en junio, diezmados. Y con esfuerzo, uno y su fina estampa, el otro, ya pagaron.

Y si de relegados se trata, ahí está Maxi Velázquez, que chinchudo, avisó: “Quiero jugar”. Y entro en la final, para clavar, de penal, un zurdazo a la historia. En la panorámica está Godoy. Corre y disputa sus ilusiones, no tiene tiempo ni para posar. Mareque es un enigma indescifrable. Seguía el modelo de papá Armando, pero, el espejo falleció. Volvió de Costa Rica –donde dirigía su viejo– a los 7 años y la capeó solo. Cuando pifia, explota la garrafa. Pero si acierta, es crack. Metió 3 goles en su carrera, 3 golazos. No hay espacio, pero Pavoni- Sá, Garnero, Gracián, Gómez, Mancuello y Baéz, las pasaron y merecen una mención.

Ahora sí, párrafo aparte para tres: Parra, Silvera y Mohamed. El Cuqui, cabizbajo, iba a largar tras el destrato en San Lorenzo. Pero el Tolo lo recuperó y el Turco lo rodeó mejor. Parra al principio calentaba el banco. La luchó y está cerca de ser canonizado. Sólo el supo lo que fue jugar 2 años en la D (Claypole) tras quedar libre de River. Mohamed nunca superará la muerte de su hijo (2006). Pero igual motiva y encauza sueños. Como a Brindisi, en 1994, le pidieron la Copa y el Clásico. Y cumplió. Aunque no se relaja. Y claro, es que ya divisó a la 8ª Libertadores, que anda soltera, aunque se haga la difícil. Sí, sí, el Turco ya planea la primera cita.

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