Franco Bellocq fue una de las piezas claves en el triunfo ante Defensa y Justicia. Se hizo cargo de la mitad de cancha con autoridad y de a poco fue agregando su impronta de tenencia de balón y transporte.
No era una parada fácil. Es más, los que apenas tienen un puñado de partidos suelen tener algunas distracciones o hasta pequeñas contracturas por el solo hecho de pertenecer al equipo en instancias así. Pero a él no se le notó.
Claramente Bellocq fue de menor a mayor frente al Halcón de Varela. Para la recuperación se apoyó y se entendió muy bien con Martín Zapata. El despliegue de este le fue muy importante para su tarea. Relevó con criterio.
Cuando el partido le pedía a gritos que se metiera entre los centrales lo hizo. Fue la rueda de auxilio cuando el equipo lo necesitó y hasta se dio el lujo de estar en ataque. Sí, para ser pase y hasta probando de lejos, aunque con poca puntería.
No es la idea de este análisis resaltarlo como el nuevo volante central de la Selección… pero sí destacar el gran partido que completó.
Es más, con su corta experiencia se dio el lujo de hasta demostrarle su descontento al árbitro del partido. Sin dudas que Bellocq tiene condiciones y ante Defensa tuvo un rendimiento muy interesante. Sobre todo, porque con el correr de los minutos empezó a manejar la salida del Rojo con sus pies yendo a buscar la pelota de los centrales y transportando hacia Daniel Montenegro cuando este se acercaba. Si no el balón tenía otro destino, aunque su idea era siempre intentar jugar. Y eso en un equipo al que le cuesta es saludable.
