Independiente perdió 2 a 0 frente a Racing en el Libertadores de América y se le complicó la clasificación a la Copa Libertadores de América. Otra vez se lesionó el Cebolla Rodriguez y encima terminó con uno menos por la expulsión de Diego Rodriguez. Ahora deberá definir en el Estadio de Racing el próximo domingo.
Había mucha expectativa, pero se derrumbó. El planteo de Mauricio Pellegrino fue claramente erróneo. Independiente no se impuso en ningún momento a su rival. Nunca le encontró la vuelta a lo que salió a hacer Cocca, que paró un equipo cerrado, bien parado y que sólo buscó en algún momento de contra.
Y ahí salió mejor parada la Academia. Aprovechó las únicas dos veces que atacó y tuvo una efectividad total. A los 36 fue Bou el que le ganó a Hernán Pellerano, encaró, le metió un caño a Víctor Cuesta y ante la salida de Diego Rodríguez definió para el 1-0. Su remate rebotó en Gustavo Toledo y se incrustó en la red.
Al Rojo le pegó fuerte el gol del rival. Aunque hasta ese momento tampoco había podido hacer nada, pese a tener la pelota y el dominio territorial. Independiente nunca supo qué hacer con el balón en sus pies. Matías Pisano jugó con mucha intrascendencia, Martín Benítez muy recostado sin ser determinante y Cristian Rodríguez sin marcar la diferencia. Así fue imposible dañar al contrario.
Para colmo, cuatro minutos después la defensa no despejó, la pelota siguió revoloteando hasta que cayó en los pies de Romero. El paraguayo giró sobre su eje y le dio de zurda, cruzado y bien abajo. La pelota se pegó al palo y la Academia encontró el 2-0. Nada había hecho para lograrlo. No obstante, había hecho mucho más que el Rojo, porque por lo menos había pateado dos veces al arco.
Si con el 0-0 estaban cerrados y el Rojo no encontraba los caminos, con el 0-2 era aún peor. No se les caía una idea. Y cuando tiene que salir a relucir la actitud, brilló por su ausencia. Encima, antes de los 10 minutos del complemento Diego Rodríguez Berrini pegó un planchazo terrible y vio la roja. Sí, se fue expulsado y dejó al equipo con diez.
Y como esas cosas que no se entienden, Cocca y sus muchachos se metieron más atrás. Independiente mostró una mejor cara y pareció poder llegar al descuento. Algo que no logró. Tuvo una buena chance en la que chocó con Saja y algún desborde de Tagliafico, cuyo centro no llegó a ser conectado por nadie.
Ahora habrá que ir a remontarlo al Cilindro, pero lo cierto es que al Rojo lo dejaron vivo. Con el 2-0 a favor y un jugador más, el rival se metió atrás y siguió su única misión, la de defenderse y no jugar, hacer tiempo y demás. Y en este panorama, se llevó mucho por lo poco que hizo, pero no lo remató y todavía hay tiempo de revancha. Veremos qué pasará el domingo que viene. Es complicado, pero no imposible.
