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Con bronca pero con esperanzas

(Columna de opinión) La bola comenzó a rodar y con ella las ilusiones, los sueños y las aspiraciones pero por sobre todas las cosas las ganas de recuperar la identidad perdida, el título de equipo copero, el buen juego y por qué no los buenos resultados. Claro que cuando hay algunas limitaciones y mucho por jugar es difícil el tema de las prioridades. Por un lado está en juego la Copa Libertadores y por el otro el torneo Clausura y la incomodidad que significa necesitar acumular puntos.

Esta primera fecha hubo frustración pues pudieron quedarse con todo pero hubo que conformarse con “atesorar” apenas un puntito. Es cierto que lo que sucedió en el primer tiempo, pocos lo esperaban. A priori se lo sabía un partido complejo y se sospechaba otra realidad pero la diferencia de dos goles arriba sorprendieron, sobre todo por la actitud y la seguridad a la hora de tener la pelota. ¿Por qué digo que a priori se esperaba otra realidad? Porque Vélez tiene méritos de sobra para ser un rival a respetar considerándo el rendimiento al que nos tiene acostumbrados.

Independiente hizo dos goles producto de jugadas preparadas con pelota detenida, una especialidad de Mohamed -virtud ya demostrada en su paso por Huracán y Colón-, y con esos dos tantos el equipo se acomodó arriba del marcador brindando cierta tranquilidad. La seguridad de Julián Velázquez fue clave para anular a Santiago Silva, uno de los dos máximos goleadores que tuvo el Apertura pasado junto a Stracqualurssi. Para mi alegría, Roberto Battión resultó fundamental para interrumpir el circuito de juego de Vélez resolviendo las salidas nuestras como mejor le sale: inciando con su buen primer pase los ataques del equipo. Coronó su noche con un gol.

El detalle de los goles con jugadas preparadas es muy importante para Independiente pues no se destacó por eso en los últimos torneos más allá de algunas apariciones de ese tipo en la época del Tolo Gallego. Cuando Maxi Velazquez peinó el tiro de Cabrera para que Parra, debajo del arco, empujara el balón para el 1-0 se pudo ver esfuerzo, trabajo y empeño durante la semana de entrenamiento. En el otro gol, Defederico puso otra pelota parada en la cabeza de Maxi Velázquez, y tras su devolución hacia adentro fue Battión el que resolvió en soledad y con tranquilidad. Por todo esto, Independiente se fue al entretiempo conforme pero expectante pues enfrente había un rival que nunca baja los brazos y que hace 20 años sostiene una paternidad a tener en cuenta.

A diferencia de la primera etapa, en la segunda se vio lo opuesto más allá de la asistencia de Augusto  Fernández a Moralez, que opacó la alegría con su gol y sus gestos, lógicos a una tribuna que nunca se cansa de insultarlo por su pasado racinguista.

El cambio de Godoy por Parra significó equilibrio y ayuda para Battión pero un delantero con gol menos en el ataque. Claro, el Turco tiene que pensar en demasiadas cosas que se vienen y en las urgencias de puntos en el torneo local y de triunfos en la Copa Libertadores. Gareca, hábil lector de partidos y voraz rival de los entrenadores, se inclinó por el crack Juan Manuel Martínez y por Guille Franco que ingresó por el uruguayo Silva, lesionado.

Los cambios de Independiente invitaron a que Vélez se anime y con Defederico de media punta y Silvera solitario (parecido al de la primera época de Gallego) el Fortín buscó y encontró pero del modo menos pensado: un error del casi humano Navarro le permitió al Burrito, de zurda empatar el encuentro. De esa manera quedó sentenciado el empate que premió y castigó virtudes y defectos en partes iguales. Independiente no aguantó y Vélez lo aprovechó.

En cuánto a los “nuevos” algunas cosas por destacar. Matías Defederico, que en la Copa debutó con un gol y de manera respetable. En el torneo doméstico fue muy lúcido y atento en el primer tiempo pero impreciso y falto de ritmo en el segundo. Es probable que con el correr del tiempo el Turco colabore para ajustar tornillos y ponerlo a punto. Por el lado de Iván Vélez vimos un atleta de velocidad que deberá mejorar algo que nunca tuvo: marca. Su proyección es interesante pero su marca, cosa que se sabía de antemano, no está aceitada. Debe aprender a colaborar en la marca y continuar desequilibrando con sus proyecciones.

Claro que después de empezar ganando por dos goles pone de mal humor un empate pero insisto, teniendo en cuenta que se debe pensar en todo lo que se viene (no es sólo la Libertadores) hay que ser cautos en los pasos que se dan. A Independiente no le sobra nada y debe cuidar a sus players como nosotros el aire para respirar por eso, más allá de la bronca que genera un empate de este tipo, debemos quedarnos con la actitud del primer tiempo, mejorar lo hecho en el segundo y seguir por esta senda de confianza, de trabajo entre semana y de sueños alcanzables que este camino difícil, recién comienza.

Por Débora D´Amato para InfeirnoRojo.com

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