Con esa sensación nos quedamos todos tras el empate del sábado frente a Unión. Que el equipo de Jorge Almirón pudo traerse mucho más que un empate y que sobre el final, hasta pudo ganarlo.
Pero hay que dar vuelta la página y mirar adelante. Se viene una semana de mucho trabajo y con la vuelta de Federico Mancuello, el hombre más emblemático dentro y fuera de la cancha.
El entrenador de Independiente sabe que tiene un compromiso bravo frente a Arsenal. Y que lo urge la necesidad de ganar de local, ante toda su gente que pide los tres puntos para no alejarse de la punta. Porque Boca transita el torneo a paso firme y no se pueden regalar puntos en el Libertadores de América.
En el mientras tanto, Lucas Albertengo sigue pagando con goles. Claudio Aquino tuvo su debut en el Rojo y volvió de su lesión Francisco Pizzini. Matías Pisano fue el mejor en ataque y sigue ratificando con regularidad su buen momento.
Una y una para el DT. Tarda en el cambio de Claudio Riaño por Aquino, pero le encuentra un lugar a Pisano. Desde mi punto de vista, debió buscar una variante, ya que Albertengo llegaba muy solo y los pocos minutos de Riaño, mostraron que la variante era necesaria. Y el caso del ex Chacarita, es mérito no solo del jugador que es de lo mejor del equipo, sino también de Almirón. Porque le encontró “su” lugar en el campo de juego para que mostrara su mejor versión.
Ganar de local es sin dudas la materia pendiente para el Rojo. Si quiere pelear desde el arranque un torneo que será largo y con varias competencias para los equipos grandes de nuestro país.
