“Rojo, mi buen amigo, esta campaña volveremo’ a estar contigo…”
Es muy difícil de explicar porque hoy me levanté casi sin necesitar del despertador, con esa canción retumbándome en la cabeza. Canción que inevitablemente se convirtió en lo primero que reprodujo mi boca este viernes 21 de agosto.
Lo que siguió fue una sonrisa. Los que me conocen saben que es prácticamente imposible que sonría tan temprano, sin embargo todavía ahora, en este preciso momento, cuando faltan nada más que doce horas, mi cara parece ser la de alguien que ganó algo. Reproduce ansiedad, algo de nerviosismo, pero por sobre todas las cosas alegría.
Porque a pesar de todo lo que venimos padeciendo, de tener que cambiar otra vez de cancha por no tener la nuestra, esta noche lo más importante es que vamos a poder volver a ver a lo que es, junto con la familia y los amigos, lo más importante en nuestras vidas. Independiente representa, al menos en nuestro caso, todo lo que sentimos por el fútbol y volver a verlo nos hace bien, pase lo que pase. Por eso le bancamos lo que a ningún ser humano. Nos da, al menos últimamente, más tristezas que alegrías, pero siempre lo perdonamos.
Es tan complicado explicar porque hoy me siento así que no lo voy a hacer. Por suerte acá en Infierno no hace falta, porque a pesar de que no sabemos mucho de cada uno, nos une algo muy fuerte, a todos nos pasa lo mismo. Y en esta rueda de sentimientos esta noche toca esperanza…
Al Tolo le doy las gracias por haber desarmado de una vez por todas al monstruo devorador de técnicos y darnos la chance de ver algo nuevo. A los jugadores sólo les pido que dejen todo por el club adentro de la cancha, afuera nosotros vamos a hacer lo mismo.
“…no me importa lo que digan, lo que digan los demás, yo te sigo a todas partes, cada vez te quiero más…”
