Independiente caía por cuatro goles en el primer tiempo, supo darlo vuelta 5-4 de visitante y volvió al triunfo en el mejor contexto posible.
Increíble. Impresionante. Heroico. En esas palabras puede resumirse el tremendo triunfo de Futsal Independiente por 5-4 ante Racing, en condición de visitante, en lo que fue de principio a fin un duelo no apto para cardíacos. Ni en sus mejores sueños el equipo hubiese imaginado llevarse un Clásico de Avellaneda, tras ir perdiendo por cuatro goles. Sí, el Rojo pudo darlo vuelta contra todo pronóstico.
En los pies de Lucas Benítez e Iván Curet, autores de dos goles cada uno, junto a Camilo García como responsable del tanto del triunfo, se resumen los tres puntos que se llevó Independiente. Aunque, moralmente valen mucho más que eso. No solo por el desarrollo del encuentro, sino debido que sirvieron para cortar una racha negativa de dos derrotas consecutivas.
Catorce minutos de terror fueron los que hicieron creer a todos los hinchas de Independiente que el desenlace del Clásico podría ser trágico. En menos de un cuarto de hora, el Rojo caía 4-0. La presión rival lo hizo caer en errores no forzados que no fueron perdonados, el panorama era sumamente inesperado y la desesperación aumentaba en paralelo al correr del reloj.
Sin embargo, cuando Racing festejaba de forma continua, el Rey de Copas hizo el clic a falta de cinco minutos para el cierre de la primera parte: Curet y Benítez achicaron la diferencia a dos tantos y llevaron a que el lado de la moneda pase a estar a favor del Diablo.
Independiente dio el golpe sobre la mesa en el momento justo. El transitorio 2-4 le permitió salir al complemento con otra cara, en el que pasó a presionar alto, a usar la tensión a su favor y jugar con los nervios de su contrincante de toda la vida. A ese ritmo, solamente le fueron necesarios los primeros seis minutos para que el Rojo diera el golpe de nocaut. Nuevamente la dupla Curet, utilizando un taco como herramienta para definir, y Benítez, con un zapatazo lejano, igualaron los números en el marcador.
Con un Racing tambaleando, el golpe final llegó por incercia: los dirigidos por Diego Pela retomaron el fluido juego que los caracterizó durante gran parte del año, Racing se quedó con uno menos en medio de la desesperación, y aprovechando los minutos de superioridad numérica, a los 9′ apareció el pie de García para desatar la locura Diabla en el Centro Deportivo de Racing.
Treinta minutos por debajo en el resultado estuvo el Rojo, quien se puso en ventaja por primera vez tras lo que significó el noveno tanto del partido, el cual le bastó para festejar de visitante y llevarse el clásico. Aguantó lo necesario durante el último tramo, la suerte que no tuvo al principio le fue devuelta con un remate rival que estalló en el palo y volverá a casa a puro festejo.
Le puso punto final a la racha negativa y se mantiene en el podio para seguir soñando con el octagonal al llevarse tres puntos de oro en un partido inolvidable. ¿El detalle? Que la épica ocurrió en el Clásico de Avellaneda. Una secuencia incrédula, digna de un cuento de Fontanarrosa.