El Rojo y el Millonario igualaron 0-0 y dejaron a la gente con sabor a poco.
Independiente y River suele ser un partido atractivo, toda la historia fue así. Los hinchas esperaban siempre dicho duelo para ver fútbol, pero se encontraron con otra cosa. Con más roce que fútbol, no pasaron de un 0-0 que no conformó a nadie.
De arranque, el Millonario intentó dominar las acciones. A puro toque con un mediocampo bien poblado, la visita quería hacer suyo el campo. El Rojo, por otro lado, trataba de cortar el juego del rival y armar rápido los contraataques, algo que no funcionó.
Para colmo, hubo una jugada que desnaturalizó el partido. Pasando los diez minutos, Santiago López encaró por la derecha y quiso tirar un pase, pero le clavó los tapones a Paulo Díaz. Yael Falcón Pérez, rápido como siempre que se trata en contra del Diablo, le mostró la roja directa.
De ahí en adelante ya no hubo fútbol, solo actitud y presión. Independiente intentaba reaccionar con alguna que otra jugada en profundidad, mientras que River trataba por los costados. Ambos sin suerte.
Pese a ello, el Rojo iba a terminar la primera parte con lo puesto, algo que el Millonario no. Marcelo Gallardo, a sabiendas de la superioridad numérica, decidió sacar a Matías Kranevitter para que ingrese Facundo Colidio. Este cambio les dio más verticalidad, aunque no por ello más daño a una defensa bien consolidada.
En la segunda mitad, Independiente se siguió animando. Con Gabriel Ávalos e Iván Marcone en una serie de rebotes tuvo el 1-0, pero no se dio.
Ellos, por su parte, tenían a Miguel Borja al acecho, que casi rompe la igualdad. Primero con un mano a mano y después con un cabezazo, pero en ambas ocasiones la pelota se fue por afuera.
Alrededor de los 35 minutos del complemento, Independiente casi se pone arriba por medio de Marco Pellegrino. Luego de varios rebotes, el capitán remató y la mandó adentro, pero el árbitro cobró mano de Juan Fedorco.
Lo cierto es que, conforme pasaban los minutos, ninguno rompía la igualdad, que terminó siendo el resultado final. Cuando Falcón Pérez pitó el final, el 0-0 se adueñó de un encuentro caliente en el que Independiente tuvo que aguantar casi 80 minutos con uno menos. Ahora, con Belgrano, deberá recuperar la sonrisa y volver a la senda triunfal.