Silvio Romero quiere jugar pese a que recién pasó una semana de la lesión y habrá que ver qué decide Lucas Pusineri al final.
A Independiente se le viene una llave muy complicada en la Copa Sudamericana, tal vez la más difícil hasta la fecha. Con Lanús, y pese a las ausencias de Nicolás Orsini y Lautaro Acosta, el Rey de Copas tendrá un adversario duro, uno de esos que pondrán a prueba si está para ganar o no el certamen.
Ante este panorama, y pese a que ni siquiera pasaron dos semanas de la lesión, Silvio Romero quiere jugar el partido. El Rojo se juega la vida y el goleador no quiere estar ausente este jueves desde las 19.15. Sin embargo, hay un antecedente no muy alentador al respecto, y es con Sebastián Sosa.
El uruguayo había sufrido una distensión en el sóleo de la pierna derecha el 9 de noviembre luego del empate con Colón, por la Copa Maradona. Venía recuperándose con normalidad y el 25 del mismo mes, 16 días después, Lucas Pusineri lo alineó contra Fénix por la Sudamericana. Esa noche, Sosa se resintió y debió ser reemplazado por Milton Álvarez en el entretiempo.
La lesión que sufre Romero, por su parte, es la misma pero en el isquiotibial del muslo izquierdo. El problema es que con él, el Diablo podría perder por más tiempo no solo a un jugador, sino al capitán y el emblema de un equipo que aun se encuentra en formación pese a los resultados positivos.
Por este motivo, Pusineri deberá pensar en el bienestar del plantel y decidir más allá de la postura del delantero, cuyas intenciones de jugar y triunfar son sobradas. ¿Lo arriesgará o preferirá preservarlo?
