No se jugó bien, es cierto, y el equipo exhibió falencias de antaño que no sabemos cómo va a solucionar, si casi no hay nuevos elementos en el equipo. Pero miremos ahora el vaso medio lleno y hablemos de las cuatro situaciones positivas que dejó la tarde:
1) Pese a haber jugado mal no se perdió: es importante no arrancar con caída un torneo más que nada por el ánimo tanto de los jugadores como de la gente, y tras una tarde con poco brillo, no sólo que no fue derrota sino que se pudo haber ganado.
2) La actuación de Tuzzio: con su enorme experiencia, ordenó a la defensa y estuvo casi impasable. En una línea que terminó dando pena en el campeonato pasado su incorporación puede traer algo de solidez.
3) Assmann se afianza día a día: apareció en Primera con buen tino de la mano de Santoro y luego debió esperar su chance. Luego agarró el arco nuevamete y, tras un período de dudas, logró mejorar notablemente hasta convertirse en el arquero confiable que es hoy. Es un arquer que salva partidos, esos de los que no abundan.
4) El ingreso de Federico Mancuello: ni bien entró perdió un par de pelotas y hasta cometió un foul innecesario cerca del borde del área, obviamente producto del nerviosismo de sus primeros minutos en Primera. Sin embargo, luego se fue soltando y terminó redondeando una gran actuación. Mostró desfachatez y velocidad, y desbordó dos o tres veces por su sector. Muy interesante. Innentendible que no haya participado de la Pretemporada, ya que había sido una de las figuras de la Cuarta División, que finalizó subcampeona.
Por último, ¡ojalá esta semana se termine de cerrar la llegada de Mariano Pavone!
