Independiente no pudo vencer a Patronato en el Estadio Libertadores de América, igualando en 0, al mismo tiempo Huracán le ganó a Almirante en Casanova por lo cual el tercer ascenso se definirá con un encuentro entre los de Avellaneda y Patricios.
Otro papelón. Otra vez que se le da la espalda al hincha que copó cada rincón del estadio para terminar con esta pesadilla, pero la agonía parece no tener fin. Enfrente, Patronato, un equipo sin ambición de nada ya, sólo quedar en la historia como lo hizo.
Independiente nunca pudo ganarle a los nervios. Jugó al pelotazo, no se hizo dueño de la pelota en ningún momento del encuentro y por suerte Diego Rodríguez tuvo una tarde inspirada y pudo mantener el arco en cero, si no ni siquiera estaríamos con la chance de un tercer partido.
Eso que al minuto de juego en una doble jugada casi abre el marcador el Rojo. No obstante, de a poco se fue diluyendo. Patronato se cerraba bien atrás y así le rompió el esquema. Los de Omar De Felippe no se encontraban y si bien tuvieron chances lograban dañar al rival con presencia en el área. Sebastián Penco muy solo arriba. Daniel Montenegro y Federico Insúa muy abiertos y sin peso en ataque. Matías Pisano y Federico Mancuello, junto a Claudio Morel Rodríguez los únicos encargados de abrir la cancha y desbordar.
Enfrente, Sergio Ojeda con un partido para el olvido y Cristian Tula la pasaban mal ante cada contra o pelotazo de la primera línea de Patronato. Fue así que Carignano casi enmudece al estadio, de no haber sido por la estirada del Ruso Rodríguez. Así fue todo el primer tiempo. El visitante cerrado atrás, Independiente sin jugar a nada y sufriendo en cada contra.
En el complemento los nervios y el pánico hicieron una proeza el triunfo. Claro, una proeza que nunca llegó porque los minutos se consumían y todo lo que era arremetida se diluía fácilmente. Le costó conectar cada ataque. Mancuello fue el que por izquierda hizo lo mejor en ofensiva, pero no pudo demostrar esa diferencia en la red. Penco no tuvo ninguna clara.
Para colmo, Mancuello pidió el cambio y eso sorprendió a muchos. Más aún porque minutos antes había salido Insúa y un tiempo después lo hacía Montenegro. Sí, Independiente terminó jugando sin tres de sus referentes. Así fue Pisano, junto a Francisco Pizzini tuvieron la obligación de darle fútbol a Penco y Parra. Pero nada funcionó.
Y ante esta desesperación que se empezó a adueñar de todos, casi Patronato hunde todas las chances. Es que en la contra, los de Paraná tuvieron posibilidades inmejorables para irse con un triunfo mientras que en defensa no pasaban sofocones. Salvo algún remate alto de Pisano o alguno de esos centros llovidos que nunca dañaron.
Lo cierto es que otra vez el hincha se fue insultando, silbando y reprobando lo que los jugadores le dieron. Se los notó con miedo, presionados y sin poder mover las piernas. Ahora tendrán otra chance más y van muchas ya. No obstante, esta sí será una verdadera final y ante un rival que llega mejor y que a priori tiene todo para quedarse con el ascenso. ¿Podrán los de Omar De Felippe lograr el objetivo? Cada día más doloroso. La pesadilla parece no tener fin.