Independiente ha encontrado en Hernán Pellerano y en Víctor Cuesta una línea dura de demoler, tanto por abajo como por arriba. Jugaron juntos once partidos y en siete oportunidades el equipo se fue con la valla invicta.
Al planteo de Mauricio Pellegrino se le pueden achacar ciertas cuestiones, pero la solidez defensiva que alcanzó con el correr de los partidos es innegable. Mucho de eso se lo debe a la muy buena tarea realizada por Hernán Pellerano y Víctor Cuesta. El ex Vélez serenó a su compañero de zaga y, pese a errores puntuales, han incrementado su eficacia a la hora de quitar el peligro del área roja.
Hace años no se ven en Independiente certezas de que en el fondo habrá orden y rara vez un equipo mal parado. Una cuestión a mejorar será la cantidad de centros mal tirados, ya que obligan a los centrales que van a cabecear a volver de manera arriesgada. En el partido de vuelta contra Olimpia, el Rojo no sufrió en defensa en jugadas con pelota en movimiento, sí tras algunos centros.
Pero las estadísticas también ayudan a los dos defensores: de once encuentros que participaron juntos, hubo siete en los que el Rojo no sufrió goles en contra. A la dupla Pellerano-Cuesta sólo le convirtieron cinco tantos. Lanús (2) -por octavos de final de la Copa Argentina-, Estudiantes de La Plata (1, de penal), Huracán (1) y Arsenal -por la ida de la segunda fase de la Copa Sudamericana-. Con ellos en la zaga, a Independiente le anotaron 1 gol cada 198 minutos.
Además del buen nivel, están en la pelea con Mauricio Victorino, un gran suplente para la última línea, con el que no pueden bajar la guardia por el puesto.
