Gustavo Toledo y Nicolás Tagliafico completaron un muy buen partido en el Clásico de Avellaneda, certificando por qué se los había adquirido a principio de año. El nivel que ambos alcanzaron en el encuentro del sábado deberá ser el que marque el resto de sus estadías en Independiente.
Ya pasaron varias jornadas, pero la gran victoria de Independiente contra el vecino sigue dando que hablar. Si bien hubo muchos puntos altos, es preciso resaltar la labor hecha por los dos laterales. Tanto Nicolás Tagliafico como Gustavo Toledo jugaron de una excelente manera y aportaron sacrificio, quites, desbordes, relevos y hasta fueron piezas fundamentales en los ataques del equipo. Los dos tuvieron la productividad por la que se los conoció en Banfield.
Al lateral por la derecha se lo notó mejor que nunca. Toledo hizo, sin dudas, su mejor partido en el Rojo. Si bien en los últimos cotejos su nivel estaba en alza, cometía errores garrafales que manchaban sus actuaciones. Contra el otro equipo de Avellaneda, se transformó en un animal de presa, recuperó cuatro balones y clausuró por completo su banda. Como si fuera poco, intervino en gran manera en el primer tanto del equipo, uniéndose con Diego Vera y sirviéndole el gol a Martín Benítez.
Por su parte, Tagliafico consolidó sus enorme temperamento y jugó como si fuera un chico que hizo todas las inferiores en Independiente. Sintió el partido, lo disputó con fiereza y concentración. Tuvo el nivel esperado de un futbolista que se pone la camiseta del dueño de Avellaneda. Aportó mucho en defensa, con cuatro recuperaciones espléndidas y en el primer tiempo fue la salida del equipo.
Se los nota mejor, más sueltos e integrados al equipo. Independiente los necesita mucho y ellos necesitan mucho a Independiente. Falta demasiado trayecto, pero si juegan todos los partidos así, puede ser el comienzo de una gran historia.
