Nery Domínguez entró en el segundo tiempo por Walter Erviti y el equipo cambió rotundamente. Cuando con el volante de 36 años le costaba generar juego a Independiente, con el ingresante fue la mayor virtud que tuvo el Rojo en la segunda mitad.
Nery Domínguez tuvo una gran noche en el Estadio Marcelo Bielsa. El volante ingresó a los cuatro minutos del segundo tiempo por Walter Erviti y lo hizo de gran manera: Se hizo cargo de la pelota y la distribuyó correctamente, generando las mejores jugadas de Independiente no solo en el complemento, sino en el partido en general. Además, se entendió muy bien con Diego Rodríguez Berrini, algo que se notó durante toda la segunda mitad del cotejo.
En lo estadístico, Domínguez aportó 23 pases, de los cuáles 22 fueron correctos y, el restante, no. Si bien no recuperó pelotas en el mediocampo y no remató al arco rival, fue determinante en el circuito de juego del Rojo. La ausencia de Erviti de cara al Clásico parecía ser un problema, pero el volante santafesino se encargó de disipar cualquier preocupación al respecto. Con él en la cancha, el equipo mejoró notablemente, y eso será fundamental para atacar a un rival que, seguramente, se cerrará atrás para apostar a la contra. Bien.