Maximiliano Meza apenas participó del juego en el primer tiempo y se lo notó incómodo como extremo derecho. En la segunda etapa, posicionado cerca del círculo central, intentó ser la manija del equipo, pero no le alcanzó.
En los primeros minutos con la camiseta de Independiente, el mediocampista demostró que volcado por la banda derecha no rinde al máximo. En el primer tiempo contra Atlético Tucumán fue una sombra y a duras penas tocó la pelota, con el ingrediente de que generalmente el equipo no ataca por su sector, ni lo buscan.
Tras la expulsión de Gustavo Toledo y el movimiento del banco de suplentes que hizo Gabriel Milito, Meza se acercó al centro del campo y se lo notó mucho más activo. Buscó asociarse con Ezequiel Barco, pretendió poner pases en cortada y ser transición de defensa a ataque.
Dio 26 pases correctos, 12 incorrectos, sólo disparó una vez al arco y recuperó tres balones. Un posible cambio de esquema le sería beneficioso para adaptarse cuanto antes a todo lo que significa Independiente. Se ha negociado mucho por él y con juego tiene que empezar a demostrar por qué.
