Hernán Pellerano jugó en suplencia de Nicolás Figal, quien fue resguardado para el próximo partido con Chapecoense. El central estuvo impreciso y fue sobrepasado en varias ocasiones por los delanteros de Tigre. Para recuperar su buen nivel deberá jugar más seguido.
La velocidad de los dos extremos del equipo de Pedro Troglio hicieron notar la ausencia de Figal. Respecto a encuentros anteriores, esta vez la defensa de Independiente se vio desbordada en gran parte del primer tiempo, con poca capacidad de contención ante las rápidas contras del Matador. Uno de los que más sufrió en el mano a mano fue el capitán Pellerano, quien en el segundo tiempo logró acomodar su desempeño.
En los 90 minutos que estuvo en la cancha, el defensor generó un disparo al arco, 56 pases correctos y seis incorrectos, no recibió amonestaciones y cometió una falta. También, en su rol de líder, marcó presencia ante el dubitativo árbitro.
En su primer semestre en el Rojo, el zaguero era una de las figuras, pero con el correr de los partidos su nivel fue disminuyendo. Claramente necesita retomar la confianza y adaptarse al estilo del nuevo entrenador, que por ahora lo considera por debajo del ex Olimpo.
