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Del odio al amor en 90 minutos

hinchas

En Parque Patricios el aplausómetro fue implacable. Mientras la voz del estadio anunciaba el plantel que enfrentaría a Tigre, Ríos y Gandín se disputaron el calificativo de “jugador más repudiado”, producto de la silbatina e insultos generalizados. Sin embargo, desde los 34 del primer tiempo, la situación cambió radicalmente.

El gol del Toti, hasta entonces chiflado por cada mínimo error que cometió en el encuentro, no sólo calmó los ánimos, sino que motivó una tímida ovación de parte de la tribuna. Y fue justamente él quien habilitó al Chipi para marcar el 2-0, quien también empezó a acallar la reprobación del público. Sin embargo, cuando salió aplaudido en la segunda etapa, un “no lo aplaudan, tiene que irse”, motivó un breve debate en la popular.

Es que, más allá de las producciones individuales, todo el equipo se comportó como tal después de un largo tiempo. No abusó del pelotazo como de costumbre, sino que tocó, generó juego y los goles llegaron casi por decantación. Ni el complemento, incluso con el descuento de Luna, trajo mayores sobresaltos a un Independiente que siguió buscando convertir pese al triunfo parcial.

¿El rival tuvo que ver? Seguramente, pero el Rojo aprovechó las escasas propuestas de los de Victoria para dominar el encuentro. Los jugadores parecen haber entendido que forman parte de un grande que se enfrenta a un conjunto proveniente del Ascenso. Totalmente opuesto a la tranquilidad de Montenegro en el Clausura pasado por haber peleado el partido “de igual a igual”. Sus dos goles y el gran rendimiento lograron redimirlo del revuelo que armaron, por entonces, esas declaraciones.

Por eso, el “que se vayan todos”, se toma un descanso en la cabeza de los hinchas, y también en la de Gallego. Llegó hace menos de un mes disparando contra todos y prometió dejar de lado a quien no merezca vestir la roja. Si contra Argentinos se fue contento por la actitud y hasta bajó los decibeles a la hora de hablar durante la semana, lo que se vio en el Ducó le da tranquilidad para seguir buscando un equipo “100% Tolo”.

Pero no hay que dormirse en los laureles. El domingo que viene toca Godoy Cruz en Mendoza, un choque que según nuestra historia debería ganarse desde el vestuario. Quedará por aprovechar lo logrado contra el Matador para continuar con el trabajo y, finalmente, llevarse los tres puntos de visitante.

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