Independiente volvió a ser un equipo pálido, cayó 2-1 con Tigre en Victoria, y se quedó sin copas internacionales para 2023. ¡Basta de esta pesadilla!
Partido flojo, por no decir horrible, el de Independiente en Victoria. El Rojo debía visitar a Tigre con el objetivo de llevarse tres puntos que le permitan volver a sonreír, y lejos estuvo de ello. Sin ideas y totalmente manso, cayó 2-1 ante un rival que se quedó sin piernas en el segundo tiempo.
De arranque, prometía el Rey de Copas. Con presión alta y buenas sociedades, ponía en un aprieto al Matador, y se asomaba al gol. Sin embargo, ese ímpetu ganador solo duró diez minutos, y luego fue el local quien se impuso en el juego. Tal fue así que, apenas empezó a intentar, se puso arriba: Sebastián Prieto desbordó a Alex Vigo, de pésimo partido, y envió un buscapié que Blas Armoa mandó adentro. 1-0.
Pero eso no fue todo. El gol, lejos de hacer reaccionar a Independiente, lo durmió aún más. Después de un córner muy mal sacado, Facundo Colidio tomó la pelota y se fue solo de contra. Cuando tuvo la posibilidad, tocó para Armoa que, solo, definió mano a mano y puso el 2-0. Juan Insaurralde y Sergio Barreto, ni siquiera estaban ahí para defender.
El 2-0 seguía teniendo dormido al Rojo, que era un equipo chato, totalmente desganado. Tigre lo dominaba como quería, y no le hacía más goles solo por Milton Álvarez. Sin embargo, a los 30 minutos, consiguió un descuento inmerecido. Luego de un pase al medio de Leandro Benegas, Alan Soñora tomó la pelota y la mandó adentro. 2-1 y los de Avellaneda seguían con vida.
Así terminó el primer tiempo, con Independiente bajo y el Matador claramente dominador. El segundo, por otro lado, encontró al local fundido, y era el momento perfecto para calentar motores y aplastarlo. Sin embargo, el Rojo siguió siendo un equipo manso, y casi no preocupó a Gonzalo Marinelli.
Una vez que terminó el partido, el sabor fue el de otra derrota amarga, de esas que no dejan nada bueno para rescatar. El Diablo fue un equipo débil, sin ideas ni ganas de llevarse el partido, y sucumbió ante un Tigre que, si bien tiene una idea de juego, regaló el segundo tiempo y dio la posibilidad de ir a buscar el empate. Sin actitud, sin juego, y ahora, sin copas internacionales para 2023. Que se hagan cargo los que se tienen que hacer cargo, rebajaron a Independiente al nivel de un equipo que pelea por no descender. ¡Imperdonable!