Juan Manuel Martínez y Lucas Albertengo mostraron una gran entrega en el Presidente Perón. Si bien son futbolistas para jugar con la pelota dominada en el campo rival, en el Clásico de Avellaneda sus funciones fueron totalmente opuestas.
Que Independiente haya podido controlar y contener al rival con todas las condiciones dadas en contra es, en gran parte, a que los jugadores que habitualmente están para atacar, esta vez pudieron defender con esfuerzo, garra y entrega.
A Lucas Albertengo y Juan Manuel Martínez les tocó hacer un desgaste tremendo, marcando y persiguiendo a jugadores muy habilidosos, como Andrés Ibargüen o Lautaro Martínez. Y esto se dio, claramente, porque el equipo se quedó prontamente con diez.
Ante el desequilibrio en el medio, la inexperiencia de los defensores, y el empuje del local, el Flaco y el Burrito hicieron las bandas casi como marcadores de punta, y la verdad, lo hicieron muy bien. Se corrieron todo.
