Nicolás Domingo frenó la pelota, miró para atrás y se emocionó al pensar su paso por el Rojo. ¡Mirá!
“En los dos años y medio que estuve ahí sentí que logré un sentido de pertenencia muy fuerte con el club. Los hinchas con los que me cruzo me lo hacen notar todos los días. El Rojo siempre va a estar en mi corazón y estaré pendiente de todo lo que pase. Voy a extrañar mucho a Independiente y a su gente”, comenzó Nicolás Domingo, quien hoy viste la camiseta de Olimpia de Paraguay.
Sumó al al recordar el cariño que le brindo el hincha de Independiente y lo difícil que le fue marcharse: “Tuve varias charlas con mi señora y con mi familia antes de tomar la decisión de partir. Fue un momento difícil. Lo pensé mucho”.
Al recordar lo que fue su llegada al Rey de Copas, el volante de contención recordó: “Llegué con la ilusión de ganar un título y dejar una pequeña marca en el club, pero lo que se generó fue mucho más fuerte de lo que imaginaba. Ese vínculo me hizo vivir emociones que nunca antes había podido experimentar. Mientras lo pienso me moviliza. En Independiente viví los momentos más lindos de mi carrera”.
Continuando el dialogo con diario Olé, habló de los momentos donde no tuvo la continuidad deseada y cómo lo afrontó: “El ida y vuelta con el hincha fue muy fuerte y disfruté de cada momento. Obviamente que hubo situaciones malas, etapas que tuve que tratar de transitar con hombría y profesionalismo. Pero guardo cada momento vivido en Independiente como lo mejor de mi carrera”.
En el final, Domingo contó una increíble anécdota que vivió con un hincha del Rojo: “Hay un hecho puntual que recuerdo y todavía me cuesta creerlo. ¡Un hincha se tatuó mi autógrafo! Un día vino al predio de Villa Domínico y me dijo que le firmara el brazo. Le dije que no, que estaba completamente loco. Era un pibe joven, de 18 años. Al mes apareció tatuado y le regalé mi camiseta. Jamás pensé que iba a vivir algo así”.
