En este momento de caos, ¿no debería aparecer el presidente del club?
Independiente atraviesa una actualidad profundamente preocupante. Repleto de deudas y compromisos en FIFA. Con jugadores que no le han dado al club nada más que vergüenza e igualmente se plantan sin tapujos, por la falta de vínculo con los dirigentes. Con declaraciones públicas cruzadas entre miembros de comisión y esos deportistas, que poco construyen. Sin objetivos claros en lo futbolístico, con un plantel desmigajado y envuelto en una nebulosa que impide ver la luz al final del túnel.
¿No es el el tiempo propicio para que la máxima autoridad del club tome el toro por las astas y vuelva a gestionar como en aquellos primeros años de extrema turbulencia? ¿Quién más que el presidente de la institución debería llevarle tranquilidad y claridad a los socios e hinchas? ¿En dónde está Hugo Moyano? ¿Por qué no sale a despejar tantas dudas?
De más está decir que a sus 76 años tiene la obligación de quedarse en su casa, ya que el contexto de pandemia así lo requiere. Debe cuidarse y eso no sólo es respetable, sino que es necesario. Pero su intervención directa en los principales problemas y conflictos internos tendrían que generar un manto de calma. Quedó evidenciado que no alcanza con hablar por teléfono con una o dos personas de su confianza, ya que el club necesita de su máxima figura. Ni siquiera en las entrevistas lo han nombrado sus pares de comisión.
Se entiende que no pueda presenciar físicamente las reuniones vitales por el futuro de Independiente, pero hay variantes tecnológicas al alcance de la mano como para que haga valer su jerarquía. ¿Llamó a Gastón Silva?, ¿hizo lo propio con Silvio Romero -a quien River se lo quiere llevar de arriba- y Martín Campaña? ¿Movió hilos en AFA y FIFA? Sin pasar por encima de figuras como el Manager y los gerentes, pero en casos extremos el presidente debería agarrar bien fuerte el timón.
Los socios que lo escogieron dos veces consecutivas -y por un extenso margen-, lo votaron para que ejerza su rol. No es una falta de respeto a la autoridad, no es una campaña, no es un hashtag, ni creer que no está haciendo nada, sino un pedido de claridad al primer mandatario de un club que todos los días es noticia por algo negativo. ¿Si no es ahora, cuándo?