La eliminación de la Copa Argentina significó un fracaso más en una temporada llena de traspiés para el Rojo.
El andar de Independiente en el plano deportivo es terrorífico desde hace mucho tiempo. El Rojo se había convertido nuevamente en un club acostumbrado a jugar copas internacionales, tanto que entre 2008 y 2022 disputó once Sudamericanas y dos Libertadores (solo en 2009, 2013 y 2014 no jugó copas). Sin embargo, ahora lleva dos años seguidos sin figurar en el plano internacional, y parece ser que se encamina para un tercero.
Ya es sabido que, durante 2024, no disputó competiciones CONMEBOL, pero eso no es lo peor. En el plano local, el Diablo no hace méritos para volver: en la Copa de la Liga no llegó a cuartos de final, y en el torneo actual marcha 19. Esto lo deja en el puesto 13 en la anual, la tabla que define la clasificación a las copas, y actualmente a tres puntos de la Sudamericana.
El problema, a esta altura, es que el equipo no da señales de vida. Ganó apenas tres partidos de los últimos quince que disputó, y en siete de los últimos once no fue capaz de vencer la valla del rival. De los 33 encuentros que jugó a lo largo del año, en 13 no pudo convertir, llegando así al 39,39% de duelos sin anotar goles.
Pasando a lo que es la Copa Argentina, que era un objetivo alcanzable teniendo en cuenta que son partidos a eliminación directa y depositaba a Independiente en la Libertadores, quedó recientemente afuera. De esta manera, la única forma de clasificar a una competición CONMEBOL es a través de la tabla anual.
¿Hay chances? La realidad es que si, sobradas, porque el Rojo aún debe jugar doce partidos en lo que queda del año, y son 36 puntos en juego estando a solo tres de la Sudamericana. La realidad es que, para ello, deberá cambiar la cara, ya que las fechas pasan y el equipo da hasta la sensación de que retrocede. Lo cierto es que la única forma de salvar el año es entrar a una copa, algo a lo que el Rey de Copas está obligado.
Foto: ph.arita