La continuidad de Américo Gallego como técnico de Independiente tiene que ser en estos momentos la prioridad para la Comisión Directiva del Club. Asimismo la permanencia de Cesar Luis Menotti en el cargo de manager. A punto de cumplirse un año de la vuelta del Tolo a Independiente y con el dolor aún latente por la derrota ante Boca y la perdida de las chances de campeonar (a pesar de la ínfima posibilidad que permiten las matemáticas) la evaluación arroja un saldo a favor que supera ampliamente los errores cometidos que como tales pueden servir de experiencia para corregirlos a futuro.
Perder un campeonato que se lideró en gran parte del mismo duele y así debe ser pero lo que no se puede permitir es que esto opaque un objetivo que en cierta forma se cumplió: reposicionar a Independiente en los primeros puestos, la vuelta al plano internacional con la clasificación a la Copa Sudamericana, la promoción de jugadores de divisiones inferiores a los que se pueda recurrir en la primera división (Gabbarini, Galeano, Velazquez, Mancuello, Patricio Rodríguez, Vittor). La recuperación de otros tantos jugadores que son patrimonio del club (Mareque, Nuñez) y las incorporaciones que sin ser rutilantes (Silvera quizás fue la que más ruido hizo) y en un marco notorio de austeridad finalmente rindieron lo que no pudieron en su momento otros con mayor renombre. Walter Acevedo, Walter Bussé, Martín Gómez, Luciano Vella, Gabriel Vallés, Ignacio Piatti, Leandro Gracián reforzaron un equipo que peleó hasta donde pudo, a veces futbolísticamente, otras físicamente.
El detalle de las lesiones no es algo para pasar por alto pero no debe adjudicarse únicamente a cuestiones fortuitas. Salvando los casos de Matheu (en la selección) y Bussé (en una jugada aislada) el resto de las lesiones pudo haberse prevenido y en todo caso evitado. La lesión de Martín Gómez en un entrenamiento bajo la supervisión del cuerpo médico y técnico del plantel termina siendo quizás la más preocupante y encima, junto a Matheu, la que mayor tiempo de recuperación requiere. Los desgarros de Acevedo y Vella, las fatigas de Piatti, el estado de Silvera y el bajón físico (sumado al futbolístico que suele tener el equipo en los segundos tiempos) pueden ser parámetro para enfocar de manera diferente la preparación física de un plantel que si bien no es corto termina siéndolo por estas reiteradas lesiones. No es la intención de estas líneas caer sobre el preparador físico, pero es para tener en cuenta de cara a la próxima pretemporada.
Todos estos detalles son atendibles pero para realizar un juicio final sobre esta primera nueva temporada de Gallego en el club es necesario observar ineludiblemente las temporadas inmediatamente anteriores a su llegada. Equipos que no demostraban absolutamente nada dentro del campo de juego, los cuales ya estaban eliminados de toda posibilidad de pelea en las primeras fechas, y ni siquiera hablar de clasificar a una copa. La última fue con un gol agónico y casi de casualidad y ni siquiera la participación en ella duró lo suficiente como para siquiera ilusionarse. Directores técnicos que firmaban su contrato con la mano derecha e instantáneamente estaban firmando la rescisión con su mano izquierda. Interinatos que se sucedían de a uno por temporada, cuando no dos.
Está claro que la camiseta de Independiente, el Club, su historia y su gente exigen constantemente un nuevo campeonato que se nos hace esquivo ya hace casi 8 años pero de seguir en este camino hay mayor claridad a la hora de ver el horizonte. La renovación del Tolo sería el primer paso. No desarmar este plantel debe ser el siguiente y por último implementar una política coherente a la hora de realizar las contrataciones, como se hizo en este último tiempo. En caso de traer jugadores que vengan a ser titulares y no relleno. En lo inmediato, tratar de obtener los 6 puntos restantes para redondear 71 puntos en la temporada.
En la balanza hay mucho más del lado de lo positivo y sobre ello habrá que seguir construyendo los cimientos del Independiente que todos queremos, el que soñamos todos los días. Un Independiente Campeón.
