Independiente derrotó 1-0 a Banfield y volvió a sonreír.
Partido duro, complicado el que se vivió en Avellaneda. En el Día de la Madre, Independiente recibía a Banfield con el objetivo de llevarse un triunfo que le permita volver a sonreír después de varios encuentros sin victorias. Al equipo le costó, pero lo consiguió.
De arranque, el Rojo se mostró un poco más ambicioso. Con los retornos de Lucas Romero y Leandro Fernández, el Rey de Copas llegaba. De hecho, el primero sacó un derechazo esquinado que Facundo Cambeses apenas pudo desviar. Sin embargo, esto duró solo diez minutos.
Luego, los dirigidos por Julio Falcioni retomaron el libreto, y fueron un equipo totalmente intrascendente. Apenas Fernández intentaba, pero Leandro Benegas estaba totalmente desconectado, y Damián Batallini tampoco aportaba soluciones.
Increiblemente, en el complemento se dio lo inesperado. Independiente lo fue a buscar, decidido. Primero fue Benegas el que estuvo cerca de anotar con el arco solo, pero un defensor rival se interpuso justo y salvó a Banfield. Más tarde, llegó la primera alegría.
Luego de un tiro libre ejecutado con cierta displicencia, y tras algunos rebotes, la pelota le quedó a Batallini. El ex Argentinos remató y puso el 1-0, pero Jorge Baliño se lo invalidó por offside a instancias del juez de línea. Después de un chequeo en el VAR, el árbitro corrigió la acción y los hinchas gritaron a lo grande.
Después del gol, el encuentro fue más de lo mismo. Ambos se dedicaron a no jugar, y el encuentro cayó en una intrascendencia absoluta. Cuando terminó el encuentro, los hinchas cuestionaron el juego, y exigieron ganarle la próxima fecha a Boca. El domingo cueste lo que cueste…
