Independiente y Gimnasia igualaron 1-1 en un partido para el olvido. ¡Mirá!
Fue áspero, aburrido, más peleado que jugado el partido que protagonizaron Independiente y Gimnasia en el Libertadores de América. La emoción que le puso la gente desde las tribunas, los equipos no supieron copiarla en el campo.
De arranque, el Rojo manejó las acciones. Casi siempre por derecha, con Fabricio Bustos encendido y Braian Martínez rápido, trató de lastimar. Del otro lado esperaba Alan Velasco y, agazapado en el medio, Silvio Romero.
La visita, por su parte, esperó. Con los virtuosos Brahian Alemán y Luis Rodríguez, y el veloz Johan Carbonero, el Tripero entendió que el contraataque era su mejor arma, y vaya que le dio frutos.
Sin ser descollante, pero con orden, el Lobo preocupó por momentos. Empezó a detectar las falencias del Rey de Copas, y sobre el final de la primera parte, metió el zarpazo. Con un pase exquisito de Alemán, Carbonero quedó mano a mano, y definió con solvencia para el 1-0.
El Diablo, por su parte, no se quedó atrás. Herido, golpeado, respondió desde el orgullo, y en un momento de lucidez, hilvanó una jugada espectacular. Al final, Fabricio Bustos recibió en la derecha, la tiró al medio y Silvio Romero, luego de haberla frenado, le rompió el arco a Rodrigo Rey. Los hinchas se desahogaron por los 19 meses que estuvieron sin poder ir a la cancha.
En el segundo tiempo, el desarrollo no cambió. Independiente siguió proponiendo el juego, Gimnasia continuó con su actitud defensiva. Julio Falcioni, por su parte, intentó darle más juego al equipo con los cambios, pero no alcanzó.
El final encontró al Rojo tratando de lastimar al Lobo con la pelota al piso, y a la visita maltratando el balón para lastimar por arriba. En el cierre, la gente terminó cantando contra Germán Delfino y contra la comisión directiva.
