La dupla entre Lucas Romero y Pablo Hernández, encargada del quite y la recuperación contra Atlético Tucumán, no funcionó tal como se esperaba.
Cualquier futbolero sabe que el duelo en el mediocampo es vital ganarlo para superar al rival. Sin embargo, Independiente no pudo cumplir esta tarea, y los responsables son Lucas Romero y Pablo Hernández. Con muchos pases y poco quite, la dupla del mediocampo no pudo evitar las constantes subidas del rival, que casi siempre terminaban en el área propia.
Primero analicemos a Pablo Hernández. El tucumano es conocido por su distribución más que por el quite, y estadísticamente cumplió con esta tarea: Logró dar 46 pases de los cuales acertó 36. El problema, tal vez, es que ninguno de ellos sirvió para romper líneas, ya que la mayoría de los pases interceptados fueron cuando quiso ingresar la pelota en el área rival. En lo defensivo, apenas tuvo dos quites en todo el partido.
Pasando a la situación de Lucas Romero, no es mucho mejor. Del Perro se espera que marque y corte en el mediocampo para que la pelota la distribuya el tucumano, pero este oficio evidentemente no le sienta bien.
El ex Vélez apenas logró conseguir la pelota en seis ocasiones durante los noventa minutos, luego el rival lo avasalló como pudo. En el juego, dio 74 pases de los cuales acertó 63 y, al igual que pasó con el ex San Martín de Tucumán, ninguno de ellos sirvió para romper líneas.
Teniendo en cuenta ambos rendimientos, el problema claramente estuvo en el aspecto defensivo, vital para evitar ser sobrepasado por el adversario. Atlético Tucumán logró pasarlo fácilmente en reiteradas ocasiones y la respuesta era nula.
Luego, en juego, no anduvieron mal, de hecho lograron distribuir la pelota entre todo el equipo y la falta de ocasiones se puede deber más a la impericia de los delanteros. A mejorar lo defensivo.
