Lucas Pusineri debe ocuparse de una necesidad vital para cerrar el año con una mueca de tranquilidad.
Se viene Argentinos Juniors, en el último partido de un 2020 que fue como un tsunami para Independiente y para todo el mundo en general. La pandemia arrolló a todos, pero específicamente el Rojo tuvo otro año decepcionante, en el que no consiguió ningún objetivo.
Después de una racha de 13 encuentros sin caídas, el Rey de Copas hiló tres derrotas consecutivas. Y sumamente dolorosas, porque sufrió 8 goles en contra, le dieron vuelta dos partidos que iba ganando y en el otro le metieron 3 pepas en 45 minutos; quedando eliminado de la Copa Sudamericana y muy relegado en la Copa Diego Armando Maradona.
Todo este panorama puso en jaque la continuidad de Lucas Pusineri, e incluso del Manager, Jorge Burruchaga. Reuniones, llamados, charlas y trascendidos, embarullaron el día a día de un club que no encontró paz desde aquella derrota en el Clásico de Avellaneda, pasando por las cartas documento, los juicios en FIFA, las deudas y los fracasos deportivos.
¿Qué hará el DT? ¡Despertar el ánimo de sus futbolistas! Enfocarse en un punto clave, siga o no siga luego del 31 de diciembre: “Se trabaja desde lo anímico para levantar a nuestros jugadores. Son derrotas duras, pero el profesionalismo y esta institución nos obliga a levantarnos permanentemente y luchar contra la adversidad”.
Y en la última conferencia de prensa, Pusineri remató sobre la labor de su plantel: “Las derrotas de los últimos siete días no opacan el trabajo que venimos haciendo. Nosotros hicimos las cosas bien por Independiente. Quiero seguir”. El lunes 28 de diciembre, a las 19:20 en La Paternal, culmina otra temporada olvidable.
