Esta tarde en el Libertadores de América, Independiente y Olimpia revivieron la final de la Copa Libertadores 1984 para celebrar y homenajear a los campeones de la Copa Intercontinental a 30 años de su obtención.
Aquel recordado e imborrable 9 de diciembre de 1984 en el que Mandiga Percudani se lanzaba a esa carrera inmortal que terminó con una definición exquisita ante la salida del arquero del Liverpool inglés para poner el 1-0 con el que Independiente obtenía su segunda Copa Intercontinental, hoy tuvo su homenaje. Sí, a 30 años, se volvieron a juntar y a disfrutar.
Figuras eternas de la talla de Ricardo Enrique Bochini, Jorge Luis Burruchaga, Enzo Trossero, José Percudani, en fin los 20 que conformaron el equipo de esta tarde y aquel de hace 30 años atrás que tanta gloria le dio al Club Atlético Independiente.
El partido homenaje contó con la participación especial de Olimpia de Paraguay, rival de la Copa Libertadores 1984 al que el Rojo superó para alzarse con la séptima y última Libertadores y, acceder así, a la final Intercontinental en Japón (Tokyo).
El equipo de las Glorias de Independiente formó con Goyén, Oscar Olivera, Hugo Villaverde, Enzo Trossero, Carlos Enrique, Ricardo Giusti, Claudio Marangoni, Alejandro Barberón, Ricardo Bochini, Buffarini y José Percudani.
Enfrente, los dirigidos por Ramón González, fueron: César Velázquez, Virginio Cáceres, Miño, Rogelio Delgado, Silvio Suárez, Juan Lugo, Carlos Velázquez, Carlos Rotela, Gabriel González, Da Silva y Jorge Aifuch.
El partido terminó igualado en dos goles. Los paraguayos se adelantaron en el marcador gracias a los goles de González y Suárez. Ya en el complemento, apareció Percudani de penal para descontar y Buffarini, tras pase gol de Bochini, para el empate final.
Tras el partido, en el que la gente revivió aquellos gloriosos momentos al grito de dale campeón y del Orgullo Nacional, Héctor Yoyo Maldonado y Noray Nakis se encargaron de entregar medallas y plaquetas a las glorias que participaron del homenaje. Cuando ambos dirigentes aparecieron en escena, la gente se acordó de uno de sus últimos ídolos y mostró su veredicto con el grito unísono de: “Miliiitooo – Miliiitooo”.
Fue una tarde de muchos recuerdos. Fue una tarde de fiesta. Fue una tarde de glorias. Fue una tarde de esas que Independiente tiene que volver a vivir, porque el Rojo es el Orgullo Nacional.
