Independiente cometió errores muy infantiles en la Bombonera y le facilitó el triunfo a Boca que lo logró casi sin transpirar. Así el Rojo se bajó de la pelea por el título. El Ruso en el primer gol, Bellocq con su expulsión y Zárate en el segundo fueron los golpes de KO.
Independiente cometió errores muy infantiles en la Bombonera y le facilitó el triunfo a Boca que lo logró casi sin transpirar. Así el Rojo se bajó de la pelea por el título. El Ruso en el primer gol, Bellocq con su expulsión y Zárate en el segundo fueron los golpes de KO.
Independiente salió bien metido en el encuentro. Los tres primeros minutos mostraron un equipo que podía ser agresivo, pero el gol que se hizo Diego Rodríguez y que aprovechó Jonathan Calleri a los 5 de juego cambió rotundamente el eje del encuentro.
El arquero del Rojo recién se pudo recuperar de su error en un gran mano a mano frente a Calleri a los 21 minutos. Es que Boca no sabía qué hacer cuando tenía la pelota y se encontró con la diferencia casi sin buscarla. Por su lado, Independiente recibió el golpe y le costó meterse en el partido. Fue poco lo del equipo de Almirón en la primera etapa, en la que sólo se aproximó mediante la pelota parada o algún remate de tres cuartos.
En el segundo tiempo el Rojo logró dañar de arranque. Es más, a los 9 minutos apareció Matías Pisano y metió un zapatazo de zurda hermoso para el 1-1. Era el momento de Independiente porque Boca estaba golpeado por la igualdad. Sin embargo, tres minutos después Franco Bellocq cometió una mano en la mitad de la cancha y se fue expulsado. Dejó así al equipo con diez hombres en un instante clave.
Boca otra vez se encontraba con una situación atípica. Tenía un jugador más y podía ir en busca del triunfo. Aunque no sabía cómo hacerlo. Es más, a los 20 minutos una gran jugada de Federico Mancuello pudo haber terminado en el segundo del visitante. El Capitán metió un lindo caño para ingresar al área y ante la salida de Trípodi su remate se fue un poco abierto.
Jorge Almirón decidió meter mano en el equipo. Ingresó Nicolás Figal por Sebastián Penco para reorganizar la mitad de cancha y luego Benítez por Pisano. Este último fue el cambio más extraño, porque el Enano estaba repuntando su nivel y había marcado el gol. Para colmo, Boca tomó de contra a Independiente con un pelotazo y en el cierre falló Zárate. Carrizo aprovechó y ante la salida del Ruso lo habilitó a Calleri para el 2-1.
Faltaban poco más de 20 minutos, y el Rojo parecía sentenciado a una nueva derrota. Y así fue nomás. Poco hizo para lograr el empate, aunque lo pudo haber hecho, hasta que en un gran centro fue Gigliotti el que puso el cabezazo para el 3-1 final a los 43.
De esta manera, con muchos errores infantiles propios de un plantel corto y con muchos juveniles Independiente se despidió el torneo. Vale poco recordar puntos que se perdieron increíblemente, sobre todo de local, pero sí volver a mirar para evitar errores fundamentales que no puede cometer un conjunto que pretende luchar por un título.
