Luego de sus mágicas palabras para el hincha del Rojo, Sergio Agüero la rompió ante el Athletic de Bilbao en el triunfo 2-0 por la 28va jornada de la Liga de España. El primero lo había marcado el uruguayo Diego Forlán.
Una vez más, el Kun demostró lo esencial y vital que es para el Atlético de Madrid. La victoria de hoy lo posiciona con chances de alcanzar a aquellos equipos que están en los puestos de Europa, aunque se sabe que para el ex Independiente el objetivo es la Europa League. Copero que le dicen…
Antes de arrancar el partido todos en Madrid sabían que volvía el as de espadas. Es que Agüero no había estado en el partido ante el Mallorca de la jornada anterior (derrota por goleada) justamente para cumplir la fecha de suspensión que recaía sobre su fútbol.
En la primera pelota del partido fue el arquero local el que salvó su marco y unos minutos después fue el poste. Las cosas se veían feas en el Vicente Calderón por los avances del Athletic. Sin embargo, en el segundo tiempo de a poco las acciones se volcarían a favor del Atlético. Sobre todo por las embestidas del Kun y Forlán.
Es más, el gol llegó a los 9 minutos del complemento. Casi en la primera jugada del Atlético en ataque del partido, apareció el ex Independiente Diego Forlán y remató directo a la red. Ventaja para el local y comienzo de un nuevo juego.
Con más espacios, con la pelota en su poder y toda su magia, Agüero se hizo amo y señor de todos los rincones del campo rival. Asistencias a Forlán, un cabezazo fenomenal que motivó a una tapada sensacional, remates desde lejos… todo el repertorio del Kun que tuvo su gesto final en la red rival.
La pelota quedó suelta en el área, Agüero puso todo su espíritu y entrega para ganarlo y cruzar con toda su excelsa calidad al segundo palo, haciendo estéril toda acción del arquero. Con el 2-0 ya no había más tiempo para nada. Bueno, perdón, para sólo una: Gran ovación y enrojecimiento de las palmas de todos y cada uno de los hinchas del Atlético que idolatran al Kun, una joya que nace cada tanto, un crack en todo sentido.
