Sergio Agüero entró a los 19 minutos del complemento y no sólo demostró que regresó en un gran nivel, sino que con su gol y un pase “ bochinesco” definió la historia.
El Vicente Calderón entero lo estaba esperando. Cada hincha que se acercó al estadio, para ver el partido de Europa League ante el Rosenborg, lo fue a ver a él, a disfrutar con su regreso en plenitud y a soñar una vez más con el buen fútbol, la gambeta y el triunfo. Por eso, Quique Sánchez Flores les regaló casi media hora de los pies del Kun.
Simplemente, como un breve repaso, hay que señalar que el Atlético comenzó ganando el partido a los 17 minutos gracias al gol del uruguayo Godín. El equipo funcionaba bien, pero con el correr del tiempo y el resultado a favor se vieron algunas desatenciones que impidieron un trayecto relajado.
En el segundo tiempo llegó lo mejor. El equipo no encontraba respuestas ofensivas y Quique mandó a la cancha a Agüero. La ilusión y las ansias del regreso lograron que el crack ex Independiente (ingresó por Diego Forlán) tuvieron un regreso soñado.
A los dos minutos de haber ingresado tomó el balón en el área, arrasó con dos defensores del Rosenborg y definió despacio de zurda para salir a festejar con una mueca hacia al cielo y los brazos bien abiertos para recibir la ovación.
En pocas palabras, el Kun hizo que el partido no pasara desapercibido. Porque más allá del gol propio, dibujó en la media luna una habilitación-asistencia a un toque de tres dedos, llena de encanto, que planeó sobre el área y cayó en la cabeza de Diego Costa para el 3-0 final.
Gracias a que se trabajó en la lesión, Agüero pisó nuevamente el Calderón para regalar todo lo que sabe y hacer disfrutar a los seguidores del fútbol que tiene el mundo entero. Gracias por volver.
