Gastón Togni cumplió nuevamente y demostró ser un jugador que, sin sobrarle nada, puede molestar si entra en contacto con la pelota.
El zurdo se mostró participativo por la banda izquierda cada vez que pudo salir con pelota dominada. Es de hacer el desborde y buscar relevo unos metros más atrás y así fue que en jugadas aisladas se pudo combinar con Diego Vera o Juan Sánchez Miño y terminar colando la pelota adentro del área.
Su partido fue prolijo, y no tuvo equivocaciones severas. Creció más en la segunda mitad, algo lógico teniendo en cuenta que en el primer tiempo el rival fue claro dominador y el volante tuvo que hacer más la marca que la salida. En cambio, en el segundo acto los jugadores del Rojo se juntaron más y allí se vio más orden en la tenencia de pelota.
Está claro que el jugador no es determinante y tampoco tiene ese as de espadas bajo la manga que te hace ganar un partido, pero lo cierto es que si el jugador entra en contacto con la pelota, puede lastimar tanto en el avance con pelota como tocando y recibiendo. Le falta un socio que lo haga jugar.
