Apenas cinco minutos después de arrancado el partido, el central Sergio Ojeda cabeceó al gol un preciso centro ejecutado por Federico Insúa. De esta forma, no sólo abrió la noche, sino que cerró la mala imagen del partido anterior en Jujuy.
Una típica jugada que enloqueció a este equipo, más precisamente a los defensores, en los últimos partidos. Corner desde la izquierda al área chica, con pocos minutos de juego, era sinónimo de gol del rival. Pero esta vez, la acción fue beneficiosa, porque el juvenil saltó más y mejor que todos y le cambió el palo al buen arquero, Luis Ardente.
Así como la semana pasada compartió el ojo de la tormenta junto a Cristian Tula, por las fallas trascendentales, en este caso se le reconoce la técnica casi perfecta para ir a buscar esa pelota y un buen partido en general. Al convertir su primer gol en primera, sigue la línea de los demás defensores de Independiente, que también anotaron en este campeonato, como Cáceres, Morel, Vallés y Tula.
Con ocho partidos jugados -siete como titular – y ninguna tarjeta, El Bocha utilizó una de sus más grandes características y se llenó la cabeza de gol.