En vez de mostrar coraje con la pelota, Cecilio Domínguez prefirió dejar la cancha minutos antes de que termine el partido.
A Cecilio Domínguez no le bastó con el pésimo partido que hizo en el Clásico de Avellaneda, donde aún con dos hombres de más no supo ni pudo sacarse un jugador rival de encima. Sino que eligió terminar el partido minutos antes que sus compañeros.
Después del gol de Marcelo Díaz, en una jugada en la que la pelota se perdió por la línea de fondo quiso apurar a Javier García que estaba demorando el reinicio del juego. Con poquísima inteligencia, entró en el juego propuesto por el arquero local y terminó viendo la expulsión tras unos agarrones.
¿Acaso quería demostrar valentía? ¿No era más valiente que agarrara la pelota y encarara cuándo eran 11 contra 9? Mirá el video de la penosa imagen que dejó el refuerzo más caro de la historia del Club
