Discusiones, charlas, conferencias, llamados, comunicados, rumores, murmullos, reuniones y abrazos, ¿y quién piensa en el Club?
Lo vivido en las últimas 48 horas en el mundo Independiente cayó muy mal en la cúpula dirigencial. Es lógico, el nombre del Club quedó vinculado a otro escándalo evitable en el que los principales protagonistas terminaron entre abrazos y risas.
¿Quién se encargó de filtrar la discusión entre Sebastián Beccacece y Pablo Pérez en un vestuario caliente?, ¿por qué una sanción deportiva en un momento delicado a nivel futbolístico?, ¿por qué hacer correr rumores contra Nicolás Domingo, para luego desatender la cuestión?, ¿por qué penalizar a un jugador, para luego demostrar el afecto para las cámaras?
Un circo barato, que a Independiente le puede costar muy caro. No agradó en lo más mínimo todo lo acontecido desde el 2-2 contra Lanús hasta la tarde del martes. Se expuso a un equipo que necesitaba calma y trabajo, tras la silbatina recibida días atrás. Desmanejos, desautorización al DT, sin resultados, ni identidad, con gastos altos en el mercado de pases y con la desvaloración de futbolistas del club. En el medio, Independiente. ¿piensan en el Club?