Tiene crédito abierto, demostró habilidoso, pero sufre la falta de funcionamiento y no tomó buenas decisiones en los últimos partidos. Cecilio Domínguez, de mayor a menor.
Llegó tras una larga negociación, mucho dinero e insistencia. El arribo de Cecilio Domínguez a Independiente ilusionó, porque calidad le sobra y jerarquía también. Sus primeros minutos con la camiseta roja confirmaron lo que reflejaban los videos: velocidad, desequilibrio, gambeta, atrevimiento y mucho carácter.
El paraguayo demostró que tiene habilidad y que no le pesa la camiseta del más grande de América, sin embargo los últimos partidos no fueron para nada buenos. Desde el segundo tiempo contra Vélez, su nivel mermó claramente. Pese a que es un jugador determinante, no logró hacerse fuerte en el pie a pie con los defensores, generalmente eligió mal y participó muy poco de la generación de juego.
Se nota que es un futbolista más de definición de acciones que de generación, pero ante la falta de creación de un equipo acéfalo, es menester que baje a buscar la pelota y se asocie con sus compañeros. De más está decir que tiene crédito abierto porque acaba de llegar, pero también remarcar que fue la compra más cara de la historia de Independiente y se le debe exigir como tal. ¡Vamos, Paraguayo!
